Capítulo final

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De las incontables cartas que escribía a sus madres cada cierto tiempo para hacerles saber que todavía estaba vivo y en buen estado, esta, que les había enviado dos meses atrás, sería la última en este primer viaje que tuvo. No es como si ya estuviera aburrido de viajar, es más, quería volver hacerlo después de estar un par de tiempo con su familia y luego volvería a explorar el mundo.

Shōyō estaba más que fascinado. La primera semana fuera, solo y sin personas alrededor, ya que se separó de la pareja de ancianos a los pocos días, queriendo ser más independiente, la pasó mal.

El frío todavía no se iba por completo y las noches eran heladas, además de que el cansancio y el hambre eran muy notables.

Tenía comida, sí, pero le daba miedo no tener suficiente hasta el próximo pueblo. Según su mapa, estaba en un lugar muy alejado de cualquier tipo de civilización.

Pero al encontrar un pueblo nuevo, con personas nuevas, cosas nuevas y una biblioteca, se sintió más que realizado.

En la biblioteca de aquel pueblo pidió un libro donde anotó cosas como plantas que eran venenosas y las que podía comer, también las que fueran para usos medicinales. Nunca se sabía cuándo caería enfermo y quería estar más que preparado.

Luego, en el siguiente pueblo, se encontró a un par de personas que fueron muy amables con él. Le dieron alojamiento gratis por una noche y comida, lo que fue muy bien recibido por el menor.

También, aprendió a diferenciar las personas que tenían buenas o malas intenciones.

Lo que más temía Shōyō era encontrarse en una situación peligrosa con personas desconocidas, así que también empezó a aprender a defenderse por cualquier cosa.

Esa y mil cosas más que empezó a aprender por sí mismo, más las experiencias de su día a día, lo hicieron llegar donde está ahora.

Observó el sándwich que una chica le dio un par de minutos atrás y a pesar de que el hambre era notable dentro suyo, sentía que, si lo comía, vomitaría. El balanceo de los barcos era algo que todavía no podía acostumbrarse, pero esta sería la última vez que estaría en uno.

O al menos era su intención.

La vista y el viaje en barco era increíble, sí. Pero la pasaba muy mal.

Dejó el sándwich en su mochila y se estiró encima de la caja donde estaba sentado.

Escuchó a uno de los tripulantes gritar que ya se veía tierra a la vista y miró su mapa, desdoblándolo.

No quería recorrer el mismo camino para volver a casa.

Quería que fuera diferente, así que estaba tomando una ruta distinta a la que hizo cuando se fue de casa. Creía que podría llegar en un par de semanas, si es que no tuviera ningún contratiempo o distracción.

Rompecabezas | Haikyū!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora