Fidel no fue el primer hombre con el que dormí pero definitivamente fue el primer hombre con el que desperté a su lado y lo observé por varios minutos hasta que sus ojos se abrieron. Al principio pareció sorprenderse pero luego me sonrió y me besó; también tuvimos sexo esa mañana y eso también fue una primera vez para mí. Generalmente me levantaba y volvía a mi casa, pero si fuera por mí me quedaría a vivir allí con él para que todas mis mañana fueran mágicas como esa.
Fuimos a desayunar a una confitería cercana al hotel y nos distrajimos planeando nuestro día. No actuábamos como si fuéramos algo más que hermanos fuera de la habitación porque había mucha gente del pueblo que iban por el fin de semana a la gran ciudad y no queríamos tener problemas, pero sí era diferente que en el pueblo; caminamos por mucho rato recorriendo el lugar y cada tanto él pasaba su brazo por encima de mis hombros y nos quedábamos así por algunas cuadras. Se sentía maravilloso, quería besarlo y tomar su mano, pero por ahora era feliz con lo poco que teníamos ante la mirada de todos.
Compramos los regalos para los muchachos antes del almuerzo y fuimos por un vino caro para papá luego de comer. A mamá le compramos un estuche de cosméticos, como buena mujer amante a ella le gustaba arreglarse bien, y a decir verdad era una mujer muy hermosa.
En la tarde visitamos las universidades que, a pesar de ser sábado, estaban abiertas. Me informé bastante bien y llevé muchos folletos aunque desde que vi la carrera de publicista sabía que eso era lo que terminaría estudiando, más aún porque era en una universidad pública y de una duración de cuatro años. En cuatro años podría regresar con mis hermanos y Fidel y tratar de sobrellevar una vida, complicada, pero feliz al fin.
En la noche fuimos a cenar a un restaurante elegante donde nos elogiaron por la hermosa pareja que hacíamos y evitamos mencionar cualquier cosa, simplemente sonreímos y agradecimos. Tomamos un vino caro y volvimos a nuestra habitación a donde estaba ansiosa por llegar, y creo que Fidel también porque me acorraló contra la puerta en cuanto entramos. Otra noche mágica para grabar en mi memoria y no dejarla ir nunca.
Fue una noche corta, no quería que pasaran las horas pero así de traicionero es el tiempo que pronto se hizo madrugada y debimos levantarnos y continuar. Visitamos algunos museos, a Fidel le encantan esas cosas, y terminamos recostados en un parque mirando las nubes, algo tan sencillo como eso me hacía inmensamente feliz.
Nuestra última noche regresamos temprano al hotel, simplemente nos recostamos abrazados y no hablamos de nada, no habían palabras para expresar lo que sentíamos en ese momento, nuestras miradas, sonrisas y caricias lo decían todo. Nos amábamos y no había duda de eso.
Regresar fue duro. A pesar de que sabía que lo seguiría viendo también sabía que no sería lo mismo y se me escaparon algunas lágrimas al subir al vehículo para emprender el regreso; Fidel me sonrió con dulzura y me besó amablemente antes de poner el vehículo en marcha.
El viaje se hizo más corto esta vez y no hablamos mucho tampoco. Tomé su mano durante casi todo el recorrido y sólo lo dejé ir cuando ingresamos en el poblado; otra vez a disfrazar nuestro amor, a ocultarnos como si estuviéramos cometiendo un delito, otra vez a la misma farsa de siempre.
Mis hermanos nos esperaban en la entrada y corrieron a nosotros cuando descendimos, estaban solos y no sabían dónde estaban nuestros padres; realmente lucí sorprendida pero no lo estaba, en el fondo de mi corazón sabía que si Fidel y yo nos marchábamos pasaría eso. Era por ese motivo que pediría a Fidel que se quedara con ellos hasta que yo regresara de estudiar y luego solucionaríamos nuestra vida y relación, sólo esperaba que él entendiera mis motivos y los aceptara, porque a pesar de amarlo, mis hermanos pequeños también ocupaban mi corazón y no iba a hacer nada para dañarlos.
Cenamos y nos fuimos a dormir antes de que papá y mamá regresaran. Me gané un beso de buenas noches antes de ingresar a mi alcoba y tuve una noche sin sueños y sin nadie con el que despertar.
ESTÁS LEYENDO
Trilogía Imposible: 1. Imposible (Editando)
Teen FictionEllos no eran como el agua y el aceite. Ellos eran como el agua y el fuego. No había manera posible de que ellos estuvieran juntos.