18. Irreal.

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Continué viéndola a pesar de que me encontraba entablando una conversación poco seria con los demás. Ella había dejado de saltar pero ahora se movía suavemente, con sensualidad y no parecía ser consciente de que todos la estaban mirando; cuando digo todos, es todos, incluso Víctor miraba más a Piera que su novia.

Una sirena sonó y todos se detuvieron ¿Había cambiado la música?

Una voz masculina en inglés dijo "Warning the following mix contains big fat bass".

Miré a Jaime ¿Acaso eso tenía algún sentido? Pues para mí no, para los demás sí. Sus bailes empezaron a ser psicodélicos y ya no saltaban. Piera seguía bailando sola, con unas cuantas miradas aún encima de ella. Su camisa se había desabotonado, pero por suerte traía la musculosa debajo.

—¿Quieres que nos vayamos? —consultó Darla mirando donde yo veía. Piera se acaba de sacar la camisa.

¿Acaso mi novia estaba demente? No podía dejar a Piera así. Podía dejarla tranquila, pero no la iba a dejar en ese estado. Así que así se veía drogada, estaba realmente sorprendido que no la hubieran violado aún, esa chica había tenido mucha suerte.

—No. Quiero asegurarme a que a Piera no le pase nada.

—Oh, no te preocupes por ella —dijo Jaime amablemente. —Nadie puede tocar a tu hermana desde que Álvaro la reclamó para él. Si alguno intentara acercársele no terminaría para nada bien. Ese es una de las ventajas de salir con él.

—¿Ventajas? ¿Tiene ventajas salir con un pendejo como Álvaro? —él asintió. —¿Cuáles otras?

—Drogas gratis, se ve que a tu hermana le gustan mucho —quise moverme para golpearlo, pero Brandon me sujetó disimuladamente del brazo.

—Déjalo, está borracho y después de todo tiene razón —susurró Brandon. Me solté de su agarre con violencia y volví mis ojos donde Piera baila, esta vez acompañada, por la criatura rubia. Ellas se están tocando, están bailando como si realmente les gustara tocarse, como si estuvieran ¿Excitadas?

—¿Qué hacen? —consulté tragando saliva. Brandon corrió sus ojos de la escena, él realmente debía amarla mucho para haber estado con ella permitiéndole que haga esas cosas, estaba seguro que no era la primera vez que lo hacían.

—Sólo déjalas, no harán nada malo...

—¿Me estás hablando en serio?

Volví a verlas y las encontré besándose

¿Eso realmente estaba pasando o habían metido algo a mi bebida? ¿Quizás el humo de la marihuana me había afectado?

Me quedé viéndolas con la boca abierta, esa escena era demasiado irreal y me estaba afectando a nivel físico. Quería apartar mis ojos porque temía que alguno se diera cuenta de mi erección, pero no podía quitar mis ojos del apasionado beso que esas dos muchachas estaban compartiendo.

No sólo yo miraba por supuesto, la mayoría miraba incluso más excitados que yo. Quise detenerlos pero me frené en mi lugar cuando Víctor apareció reclamando a su chica y dejando a Piera bailando sola como si allí no hubiera pasado nada.

—¿Estás bien? —quiso saber Darla llamando mi atención. No sé qué cara tendría en ese momento, pero estaba lejos de estar bien.

—Voy por un poco de aire —no le di tiempo para que me acompañe, realmente necesitaba estar solo y bajar la excitación de mi cuerpo.

Agarré un vaso de algún licor cuando salí al patio, me apoyé contra la pared y me dejé deslizar hasta quedar sentado. Tomé de una vez el contenido y me arrepentí de no haber llevado otro, realmente necesitaba algo para despejar mi cabeza.

Trilogía Imposible: 1. Imposible (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora