—Roxy... —fue Fidel el que habló. Mi boca estaba seca, creo que apenas estaba respirando, el aire se había vuelto pesado y apenas ingresaba a mi organismo. —Yo...
—¿Puedes explicarlo? —consulto ella con voz hueca. Luego negó con su cabeza y caminó hasta quedar frente a nosotros que nos acomodamos automáticamente lo más alejados que el sofá nos permitía. —He visto suficiente para entenderlo todo. No entenderlo en el sentido de saber qué mierda tiene en sus cabezas, pero sí entender la situación en la que los dos se encuentran.
Quise tragar saliva, por lo menos hacer algún movimiento con mi boca para tratar de modular un "lo siento" o algo, pero cada vez mi garganta se cerraba más y más. Roxanne apenas nos miraba, primero a uno, luego a otro y luego al techo; sus brazos se apretaban alrededor de su cuerpo con fuerza, podía ver la tensión en ella.
—Quiero que me respondan algo... —comenzó. Ella no estaba gritando, de hecho su voz era terriblemente calmada. —¿Ustedes se dan cuenta que esto está mal, no?
Abrí la boca para hablar pero no pude omitir sonido. Fidel a mi lado clavó la vista en sus manos cruzadas sobre sus rodillas.
—Jamás creía que pasaría esto... siempre —tomó aire —siempre pensé que era alguna fantasía estúpida de tu adolescencia, que no se cumpliría y que si se hacía realidad recapacitarías y te darías cuenta de que está mal. Ustedes son hermanos.
Fue mi momento de bajar la vista cuando las lágrimas comenzaron a salir.
—Y tú Fidel... sé que ella es tu favorita pero no la vas a perder por no aceptar el amor particular que ella tiene para contigo ¿En qué mierda estás pensando?
—No es sólo ella... —su voz salió apagada. De reojo lo vi encarar a mi hermana, levantar los ojos y clavarlos en ella. —No es porque ella está enamorada de mí... yo siempre supe que lo que sentía por ella es diferente de lo que siento por ti o por los muchachos Roxanne.
—Dios mío... —ella tomó su cabeza y se sentó en la mesa ratona.
—Yo fui... Roxanne yo fui quien hizo el primer moviento. Piera no tiene nada que ver en esto, yo ya no podía seguir fingiendo que todo iba bien, quería que ella me ame como yo la amo a ella...
—Basta... basta por favor —rogó comenzando a llorar con fuerzas.
—No. No Roxanne porque debes entenderlo —dijo con convicción. —No hay nada que pueda hacer con lo que siento por ella y a Piera le pasa lo mismo. Yo ya no puedo con todo esto. Sé, yo sé que no es normal, que está mal, que nunca debería haber pasado nada entre nosotros, pero pasó. Pasó y no me arrepiento de nada porque la amo y no como a una hermana.
—Fidel...
—Roxy, por mas que lo intente no puedo parar lo que siento por Piera, ya no puedo —dijo él tratando de tomar las manos de mi hermana pero ella se alejó y volvió a ponerse de pie para comenzar a caminar de una lado para otro.
—Los escuché hablando esa noche —largó de repente. —En el cuarto de Lucy. Tú ya te habías comportado raro con todo eso de los estudios de Piera así que subí a ver de que hablaban y los oí... oí como le pedías que ella te elija por sobre Rocco y Lucy y me di cuenta de que algo más había pasado entre ustedes aunque se había esforzado bastante bien en ocultarlo —tomó un suspiro y limpió unas lágrimas. —No creí que lo que pasaba entre ustedes había llegado tan lejos, pero me equivoqué... es evidente que me equivoqué.
—Sólo no te metas Roxanne, por favor, nosotros somos grandes...
—¡No! ¡Tú eres grande! —explotó y yo rogué porque nadie más se despertara. Hasta ahora nuestra charla había sido silenciosa, pero ahora ella estaba gritando. —Piera es apenas una jovencita que no sabe que lo que hace.
—Sí lo sé.
—¿Lo sabes? —increpó. —¿Sabes que si esto se descubre te pueden mandar a vivir lejos de los muchachos por el resto de tu vida? ¿Sabes que Fidel probablemente vaya preso porque abusar de su hermana menor? ¿Sabes que papá y mamá los odiaran tanto que quizás se muden a un lugar donde nunca puedan encontrarlos? ¿Sabes que si todos se enteran Fidel no podrá ejercer su profesión nunca más en ninguna escuela? ¿Sabes todo eso? ¿Te has puesto a pensar en las verdaderas consecuencias antes de pensar que quizás algún día la sociedad entera aceptará el amor que se tienen? —respiró profundamente dándome un espacio para responder. Pero no lo hice. No podía. —Tú eres una mocosa que no sabe nada. No has pensando en nada a la hora de involucrarte con Fidel y tú Fidel eres alguien que aún no madura lo suficiente para tomar responsabilidades por su vida y por las de los demás. ¿Pensaste alguna vez en algo más que no sea en tu felicidad? ¿Pensaste en que les pasaría a los pequeños si ustedes se van de esta casa? ¿O qué pensaría ellos si descubren lo que hay entre ustedes? ¿O en Piera? ¿Pensaste en lo infeliz que sería si la separaran de su hermanos? No. Ustedes dos no están pensando. Se están dejando llevar por sus sentimientos y emociones... yo...
Tomó aire de nuevo. Caminó un poco más. Fue por agua mientras Fidel y yo simplemente guardábamos silencio sin atrevernos a mirar otra cosa que no fuera lo que teníamos frente a nosotros, cualquier cosa que fuera.
—Yo sé —regresó Roxanne y se sentó frente a nosotros, ahora más calmada —yo sé que lo que sienten no es un capricho. A pesar de que me cuesta aceptarlo, a pesar de que me provoca náuseas de sólo imaginarlo, sé que lo de ustedes es real... lo veo en la forma en que se miran, cómo se tratan, cómo todo el tiempo están pendientes el uno del otro, lo sé. No lo entiendo. Pero lo sé. Pero también sé que ustedes son lo suficientemente inteligente para darse cuenta que esto no los llevará a ningún lado... ¿O sí? —la pregunta era para mi. Me limité a mirarla. —Algún día la gente se dará cuenta, ustedes son demasiado evidentes, entonces... ¿Qué le dirás a Lucy o a Rocco? ¿Qué le dirán ellos a sus amigos? ¿Cómo explicarán que sus hermanos, hermanos biológicos, son también amantes? ¿Qué pasará si quieren tener hijos? Sí, pueden adoptar, pero entonces... ¿Cómo les explicarán a esos hijos que además de ser los padres, son los tíos? Eso sin contar que legalmente no podrán hacerlo... eso es un delito. —Miró a Fidel. —¿Qué pasará con tus alumnos? ¿Cómo les explicarás que estás en una relación con tu hermana? Pueden vivir juntos y pretender que no son más que hermanos que se quieren muchos pero la gente a la larga comenzará a sospechar por más que se muden al polo norte, lo que no harían porque no dejaría a los muchachos solos... quiero decir, Piera no lo haría.
Se puso de pie una vez más y largó un suspiro fue a la ventana.
—He pensado... desde ayer que he estado pensando formas para aceptar esto y que salga algo bueno de aquí —larga un suspiro. —He hecho el trabajo por ustedes, pero sinceramente chicos, no hay nada bueno que salga de todo esto. En ninguna de las posibilidades que me he planteado hay algún resultado bueno o siquiera aceptable. A la larga no sólo van a terminar sufriendo ustedes sino también todos los que los rodean...
Su silencio ahora fue más largo mientras por mi cabeza no dejaban de repetirse todas las cosas que ella había dicho. ¿Tenía razón? ¿No sacaríamos nada de esto ni siquiera en un futuro lejano? ¿Era todo un error? ¿A pesar de cómo lo amaba, era una error?
—Te esperaré en el auto Piera. Hoy empiezas a trabajar... tómate el tiempo que necesites —dijo antes de salir sin darnos una última mirada.
El silencio volvió a inundar el lugar y el aire aún no se alivianaba. Estaba en la misma posición que hacía media hora, lejos de él y sin quitar mis ojos de la pared de enfrente; tenía tanto ruido en mi cabeza que no podía pensar con claridad aunque claro que no había mucho que pensar después de eso.
—Piera...
—Ella tiene razón —las palabras salieron solas de mi boca. —Roxanne tiene razón.
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Trilogía Imposible: 1. Imposible (Editando)
Teen FictionEllos no eran como el agua y el aceite. Ellos eran como el agua y el fuego. No había manera posible de que ellos estuvieran juntos.