Una vida de hospital

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-Ya terminaste de vaciar todo lo que comiste- se burló Jackson, arrepintiéndose cuando recibió una mirada de su jefe.

-¿Mejor?- pregunto Yibo a Zhan que ya llevaba más de doce vueltas al baño en lo que llevaban de vuelo.

-Mejor- tomo asiento y vio como Yibo regresaba a lo que sea que estuviera haciendo.

-Gusta que le ofrezca algo de comer- la azafata se acercó al pelinegro y este se sentía tan débil para contestarle.

-Por el momento nada, retírate- ordeno Yibo.

-Tengo hambre- se quejó Zhan.

-¿Quieres volver a vaciar tu estomago? nos quedan dos horas de vuelo, Jackson tráele agua comeremos hasta que lleguemos.

Al parecer Zhan se sentía tan débil que se quedó completamente dormido, ni siquiera sintió como unas manos lo sujetaron y lo bajaron del avión, mucho menos cuando lo depositaron en la cama del hotel a donde habían llegado.

Al parecer no mentía cuando decía que comerían, pues el gorila mayor lo despertó diciéndole que Yibo lo esperaría en la entrada principal en veinte minutos, se levantó se ducho rápidamente y se vistió con lo que le habían dejado en la cama, una vez bajo el castaño lo vio y se puso de pie.

-¿Estas descansado?

-Quiero dormir más.

-Iremos a comer, después puedes hacer lo que quieras- vio un brillo indescifrable en Zhan- me refiero a dormir o si quieres salir solo dímelo.

-No, solo quiero ir a comer- tomo la mano del más grande y salieron rumbo al restaurant.

Era algo fino y digno de alguien de la mafia, todo gritaba dinero y Zhan no se sentía parte de eso.

-Cenaremos con unos amigos, no hay necesidad de que sigas mostrando tu cara de infelicidad, Piccoli occhi color notte, solo comeremos y nos iremos.

-¿Vamos a cenar con unos amigos?, no se suponía que esto es una luna de miel- murmuro, sin embargo fue escuchado.

-Si así lo quieres- entraron los dos tomados de la mano-

-Mi buen amigo Wang Yibo- un hombre barbón extendió sus brazos, emocionado por encontrarse nuevamente con su amigo.

-Ernesto, me da gusto verte nuevamente, Isabella ¿cómo te encuentras?- se acercó a ambos y los saludo, después coloco a Zhan frente a el- mi esposo.

-Pero mira nada más que hermoso muchachito- la mujer se acercó para estudiar las facciones del pelinegro este solo se apegó al pecho de Yibo por la incomodidad.

-Basta Isabella lo estas poniendo nervioso, cenaran con nosotros ¿no? Así que vamos- aseguro pero antes de que comenzara a caminar Yibo lo detuvo.

-Lo siento Ernesto, mi esposo y yo estamos recién casados me gustaría compartir nuestra primera comida como esposos en un espacio privado, espero no causar ninguna molestia.

-Para da muchachito, siéntanse libres de elegir lo que quieran, todo corre por cuenta de la casa- al parecer ese lugar era de él.

Tomaron un cuarto privado con una vista a la ciudad, música relajante y demasiado romántico para el gusto de Yibo.

-¿Estas contento?

-Porque lo estaría- que preguntas tan estúpidas hacia

-Dijiste que no querías comer con mis amigos, hice lo que me pediste ¿estas contento?- repitió nuevamente.

-Es un reclamo o porque lo dices en ese tono.

-No, es una pregunta, no se expresarme muy bien.

-Prácticamente estoy secuestrado, me obligaste a casarme contigo y no solo eso sino que me presumes como su fuera tu puta, claro estoy tannnn contento.

Una vida improvisadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora