Extra 2 Ultimo trato

152 22 8
                                    

-Declinare tu propuesta Ernesto, hoy es día de estar con mi familia.

-Todo un hombre de familia, ¿Cómo esta Zhan?.

-Un poco ocupado con la entrada de Ollie al preescolar y los gemelos parecen darle batalla todos los días.

-Espero que seas buen padre también y lo apoyes- alego Ernesto.

-Trato de serlo, papa me dio un buen ejemplo, hago lo mejor que puedo.

-Entonces el trato está cerrado, cuenta conmigo para la compra y venta de la mercancía- coloco su firma en el documento después de eso se despidió de su amigo y fue a casa.

Yibo se reclino en el respaldo de la silla, tallo su cara y estiro su cuerpo dando un grito extenso, sonrió cuando por la puerta entro el pelinegro dándole una sonrisa.

-Ernesto acaba de salir, dijo que estaba feliz de verme.

-Si pregunto por ti, ven aquí- hizo su silla más atrás para que Zhan pudiera sentarse en su regazo

Una vez sentado dio un largo beso mientras masajeaba la nuca del castaño que casi ronroneaba por las caricias que recibía

-¿Día difícil?.

-Nada que no haya podido resolver, ¿Cómo están los niños?.

-Vueltos locos tu padre y su novia están en casa, Maximiliano ya no tiene la misma energía de antes pero aún sigue jugando.

-Me alegra que tengamos quien nos cubra- apretó un poco más la cadera de Zhan y este recargo su frente con la del castaño- ya casi no tenemos tiempo para nosotros.

-Tendremos suficiente porque también vendrá tu hermana, va a traer a los niños.

-¿Estas sugiriendo....?- comenzó a sonreír.

-Yo no sugiero nada.

Ya sin paciencia para seguir hablando, Yibo ataco los labios del pelinegro este gustoso acepto los besos que le regalaba el castaño, después de un rato y que ambos se separaron para tomar aire, Yibo se puso de pie cargando a Zhan lo deposito sobre si escritorio y comenzó a desvestirlo.

-La madera es incomoda- dijo Zhan mientras Yibo repartía besos sobre su cuello- llévame al sillón.

-Quiero hacerlo aquí- abrió la camisa dejando ver el torso de su esposo, comenzó a lamer uno de sus pezones mientras acariciaba con su mano el otro.

-Entonces quita esto- señalo un poco los libros y papeles que estaban incomodándolo.

-Como tú lo ordenes- aventó todo al piso haciendo un estruendo, pues al parecer había aventado la computadora- olvídate de eso, luego compramos otra.

Estaban en los suyo Yibo para este momento ya había quitado toda la ropa del pelinegro, y él estaba a punto de bajarse los pantalones cuando un pequeño entro corriendo a la oficina gritando el nombre de ambos.

-¡¡PAPASSSSS, OLLIE ESTAA AQUII- se acercó a Yibo mientras que Zhan para este momento ya estaba poniéndose rápidamente la ropa interior.

-¿Qué haces aquí?.

-Yibo- regaño Zhan.

-Lo siento, reformulo la pregunta, ¿hijo quién te trajo?.

-El abuelo nos van a lleva a- son sus dedos acaricio su barbilla- un payque.

-Parque pequeño príncipe, los van a llevar a un parque.

Maximiliano entro cargando a uno de los gemelos mientras que su pareja cargaba al segundo, detrás de ellos Nicolás y Salvatore entraban igual con un niño demasiado energético según Yibo.

-Hijo vamos a ir al parque, pasamos por ustedes y por lo que veo llegamos en mal momento- su voz se fue apagando mientras decía eso, pues de un momento a otro cayo en cuenta de que las mejillas de ambos chicos estaban ruborizadas y la ropa de Zhan estaba totalmente fuera de su lugar.

-No es vedad abuelo, papi estaba domido en la mesa papa le estaba ayudando a despeta, así como conmigo y mis hemanos.

La carcajada que salió de lo más profundo de Nicolás fue suficiente para que Yibo corriera a todos de su oficina, claro está que el pequeño se quedó quietecito mientras sus padres acomodaban todo.

-Tu padre me las va a pagar Yibo- dijo mientras se fajaba bien la camisa.

-Al que se la voy a cobrar va a ser a Nicolás maldito bastardo te apuesto que él fue de la idea

-Papá que le van a hace al tío Nico.- movía de arriba hacia abajo sus pies viendo atentamente a sus padres arreglarse

-Nada amor, solo le vamos a dar un pequeño regalo, ya verás- acaricio la cara de su primogénito de manera tranquila.

Y eso era el pan de cada día, Yibo frustrado por que en sus mejores momento los interrumpían, pero tranquilo de ver que el negocio y los tratos se mantenían tan tranquilos, tal vez su vida había cambia un poco con la llegada de sus hijos pero sabía que mientras él y Zhan estuvieran juntos nada podría salir mal.

Una vida improvisadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora