⌜Capítulo 3: La Melodía del Acertijo⌟

51 10 0
                                    

En las sombras del Moscow, donde el tiempo se desvanece entre susurros de música y suspiros de soledad, Minhyung siguió su danza de servidumbre, su ciclo interminable de trabajo y anhelos entrelazados. Cada día era una batalla, una lucha silenciosa contra la oscuridad que amenaza con consumirlo, pero entre las penurias y los suspiros, encontraba consuelo en la compañía de Raven, su fiel compañero de ojos amarillos y pelaje negro como la noche.

Los días pasaban lentamente, marcados por el tic tac monótono del reloj y la danza frenética de las luces del Moscow. Minhyung se sumergía en su rutina, realizando tareas de limpieza y mantenimiento con la misma dedicación silenciosa de siempre, mientras su mente vagaba en recuerdos de un encuentro fugaz en la penumbra del escenario.

A veces, mientras fregaba los suelos o cambiaba las bombillas, no podía evitar que su mente vagara hacia Minseok. La imagen del joven músico, con su rostro celestial y su voz que parecía venir de otro mundo, lo perseguía en sus pensamientos. Minhyung se preguntaba qué estaría haciendo Minseok, cómo sería su vida detrás de aquella inexpresividad que mostraba al mundo. ¿Era de verdad tan engreído como lo pensó aquel día que lo ayudó en el cuarto de utilería? ¿Qué secretos guardaba su alma?

Cierta madrugada, cuando el silencio reinaba en el Moscow, el destino lo llevó al escenario, donde la jaula esperaba su toque para brillar una vez más en el "show principal" que se avecina. La tarea era simple pero laboriosa: dejar el escenario reluciente, libre de polvo y manchas que puedan empañar el espectáculo. Minhyung se sumergió en su labor, su cuerpo moviéndose con la gracia de quien conoce cada rincón y cada secreto del lugar.

El piano estaba allí, imponente y hermoso bajo las luces tenues del escenario. Mientras limpiaba la jaula, no podía evitar mirarlo, sintiendo una atracción irresistible hacia las teclas negras y blancas que habían dado vida a la melodía que tanto lo había conmovido. Con el corazón latiendo con fuerza, se permitió un momento de debilidad. Viendo que era muy temprano y que no había nadie alrededor, se sentó frente al piano. Sus dedos temblorosos tocaron las teclas con una suavidad reverente, arrancando una melodía sencilla y básica que conocía. A medida que la música fluía, sus pensamientos se desvanecían, dejándose llevar por los sentimientos que despertaban en su interior.

La música lo envolvió, lo abrazó, llevándolo en un viaje de emociones que lo transportó más allá de las sombras y los recuerdos. Por un momento, era libre, libre de cicatrices y máscaras, libre de las cadenas que lo ataban al suelo como el espantapájaros que era. Era solo él y la música, unidos en un abrazo etéreo que lo elevababa hacia las estrellas. Tocaba con el alma, sus ojos cerrados mientras dejaba que la música hablara por él, expresando lo que sus palabras no podían.

De repente, una sensación de ser observado lo sacó de su ensueño musical. Sintió una mirada penetrante que le erizó la piel y detuvo sus manos en el aire. Con el corazón acelerado, se colocó la máscara rápidamente, cubriendo la cicatriz que tanto temía mostrar. 

Al girarse, sus ojos se encontraron con los de Minseok, que lo observaba fijamente desde la penumbra del escenario. El joven artista, con su rostro perfecto que parecía tallado en mármol y su expresión fría e inexpresiva, se acercó lentamente, sus pasos apenas audibles en el silencio del amanecer.

Minhyung sintió un nudo formarse en su garganta, sin saber qué decir ni cómo actuar. Minseok, con su aura etérea, parecía una figura sacada de un sueño, un ángel distante que lo observaba con una intensidad desconcertante. El silencio entre ellos era opresivo, lleno de preguntas sin responder y emociones contenidas.

Finalmente, Minseok rompió el silencio, su voz tan fría y distante como su mirada.

—Continúa tocando.

M.E ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora