La noche abrazaba la isla de Jeju con una serenidad antigua, casi sagrada. El Moscow, un santuario de luces y sombras, se desvanecía en la distancia mientras Minhyung y Minseok avanzaban por las calles empedradas, sus pasos resonando en la calma nocturna. El aire estaba impregnado de sal y promesas, y la brisa marina llevaba consigo un murmullo de secretos y anhelos olvidados.
Minhyung, ajustando su máscara cada tanto, se movía con una mezcla de nerviosismo y emoción, sosteniendo firmemente la mano de Minseok. El joven, vestido con un gran abrigo rojo que parecía desentonar con la oscuridad, mantenía su rostro inexpresivo escondido bajo el sombrero de ala ancha. La noche era un lienzo en blanco, y Minhyung, el espantapájaros, y Minseok, la marioneta, estaban a punto de pintar en él una obra de libertad y descubrimiento.
El bullicio del bar se desvanecía a sus espaldas, reemplazado por el susurro lejano del mar. A cada paso, el mundo de Minseok se expandía, se llenaba de una vastedad que nunca había imaginado. El chico observaba con una curiosidad silenciosa, sus ojos oscuros reflejando la luz de las estrellas. Minhyung, sintiendo la emoción palpitar en su pecho, aceleró el paso, guiando a su amigo hacia el borde del mundo conocido.
A medida que se acercaban al mar, el sonido de las olas se hizo más fuerte, su murmullo constante llenando el aire con una música antigua y eterna. El olor salado del océano impregnaba el ambiente, una fragancia que evocaba recuerdos de tiempos pasados y promesas de aventuras futuras. Minhyung, sintiendo la emoción burbujear en su pecho, se detuvo un momento para mirar a Minseok, sus ojos brillando con una mezcla de esperanza y alegría.
—¿Escuchas eso? —preguntó, su voz un susurro cargado de emoción—. Es el mar, Minseokie. Está justo delante de nosotros. Es como una gran orquesta, tocando para ti... solo para ti.
Minseok asintió, sus ojos oscuros reflejando la luz tenue de las estrellas que brillaban en el cielo nocturno. Parecía casi hipnotizado por el sonido de las olas, esa melodía eterna y serena, parecía tocar una cuerda profunda en su ser, resonando en su alma como una canción olvidada. Minhyung, sintiendo el peso de la responsabilidad y la alegría en su corazón, apretó la mano de su amigo y lo condujo hacia la orilla de la playa. La arena se extendía ante ellos como un manto de plata bajo la luz de la luna, y las olas rompían suavemente contra la orilla, dejando una espuma blanca que brillaba como la nieve bajo las estrellas. Minhyung se detuvo en el borde de la arena, su corazón latiendo con fuerza mientras observaba la reacción de Minseok.
El joven pálido se quedó quieto, mirando la vastedad del océano con una expresión de asombro puro y absoluto. Sus ojos, grandes y oscuros, se abrieron como si intentaran absorber la inmensidad del horizonte que se extendía ante él. El mar, con su promesa infinita de libertad, se desplegaba como una alfombra azul que invitaba a soñar.
Minhyung, con una sonrisa cálida que apenas se percibía bajo su máscara, se agachó y comenzó a quitarse los zapatos.
—Vamos, Minseokie, quítate los zapatos también —dijo Minhyung con un tono suave. Sus manos temblaban ligeramente mientras desataba sus propios cordones, el frío de la arena comenzando a filtrarse a través de sus calcetines.
Minseok, aún con los ojos fijos en el horizonte, asintió lentamente. Sin apartar la vista del mar, se agachó torpemente para quitarse los zapatos y el disfraz. Sus movimientos eran mecánicos, como una marioneta cuyos hilos estaban siendo manejados por alguien más. Sin embargo, había algo diferente en sus ojos, un brillo nuevo que Minhyung nunca había visto antes.
Con los pies descalzos, sintiendo la textura granulada de la arena por primera vez, Minseok dejó escapar un pequeño jadeo. Era un sonido tan raro, tan inusual en él, que Minhyung sintió su corazón dar un vuelco. La inocencia de ese gesto, la pura y genuina sorpresa, llenó el aire de una magia palpable.
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M.E ;; Keria x Gumayusi
FanfictionEn un rincón oculto de la isla de Jeju, dos almas quebradas encuentran refugio y resurrección en el bar Moscow. Minhyung, marcado por la tragedia y la soledad, vive como un espantapájaros abandonado en un campo desolado, mientras Minseok, una marion...