⌜Capítulo 10: El Despertar de la Fragilidad⌟

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La noche se cernía una vez más sobre el Moscow, envolviendo al edificio en un silencio que parecía guardar secretos entre sus muros. La luna iluminaba débilmente el camino que Minseok recorría con pasos sigilosos, como una sombra que se escabullía de la luz artificial. Sus pies, tan acostumbrados a los suelos brillantes y pulidos, ahora se movían sobre las escaleras de piedra fría que llevaban al sótano, donde Minhyung esperaba después de su ardua jornada laboral.

Minseok había comenzado a visitar ese rincón oscuro con más frecuencia, encontrando en el refugio del sótano un lugar donde podía ser él mismo, aunque no entendiera completamente lo que eso significaba. En la oscuridad, lejos de las expectativas que siempre lo habían aprisionado, Minseok empezaba a sentir algo que jamás había conocido: la libertad de ser vulnerable, de reír, de experimentar emociones sin tener que reprimirlas.

El colchón viejo en el que Minhyung dormía no se parecía en nada a la cama lujosa que Minseok tenía en su habitación, pero había algo reconfortante en la simplicidad de ese lugar. Raven siempre se acurrucaba a su lado, ronroneando suavemente, como si compartiera el consuelo que Minseok encontraba allí. Era una sensación extraña para él, quien siempre había vivido rodeado de lujo, pero ahora, en ese sótano frío y austero, se sentía más en paz que nunca.

Minhyung, siempre alegre y lleno de energía, lo recibió con una sonrisa, esa sonrisa que hacía que el corazón del joven músico latiera un poco más rápido, pese a que él no entendiera aún por qué. El mayor, con su cicatriz que cruzaba su rostro como un recordatorio de su pasado, le mostraba algo que Minseok nunca había experimentado: la vida tal como es, sin adornos, sin expectativas, solo pura y simple.

Esa noche, después de que Raven se acomodara a su lado, Minhyung sacó un panfleto arrugado de su bolsillo. Lo había encontrado mientras limpiaba, y al verlo, sus ojos brillaban con entusiasmo.

—Mira lo que encontré —dijo, acercándose a Minseok y mostrándole el panfleto—. Es la feria que hacen cada año en Jeju. Estaba pensando... ¿Te gustaría ir conmigo? Creo que será fácil escabullirnos esa noche.

Minseok miró el panfleto, sus ojos captando los colores brillantes y las imágenes de luces, juegos y risas. Su corazón dio un pequeño salto, una reacción que todavía no sabía cómo interpretar. La idea de ir a la feria con Minhyung le emocionaba, pero también lo llenaba de nerviosismo. Sentía una mezcla de anticipación y temor, una dualidad que no sabía cómo manejar.

—¡Sí! Me encantaría ir si es contigo... —dijo finalmente, su voz vacilante pero sincera. El pensamiento de pasar una noche con Minhyung en un lugar tan lleno de vida le atraía de una manera que no podía explicar.

Minhyung sonrió, divertido por la torpeza de Minseok, pero también enternecido. Siempre había algo encantador en la manera en que Minseok trataba de expresarse, como si cada palabra fuera una pieza de un rompecabezas que intentaba armar sin un modelo claro a seguir. El mayor siendo siempre el bromista, decidió aprovechar la oportunidad para divertirse un poco.

—¿Estás seguro? —preguntó Minhyung, con un brillo travieso en sus ojos—. ¿Quieres decir que estás emocionado de ir solo porque estarás conmigo? Tal vez... ¿sientes algo por mí, Minseokie? 

El rostro de Minseok se tornó rojo al instante, una marea de vergüenza lo envolvió de pies a cabeza. No estaba preparado para esas insinuaciones, no sabía cómo responder a lo que Minhyung acababa de decir. ¿Sentir algo por él? ¡Claro que sentía algo! pero ¿qué era exactamente? La confusión y el nerviosismo lo abrumaron, tanto que lo único que pudo hacer fue cubrirse la cara con las manos, intentando ocultar el rubor que lo traicionaba.

El mayor soltó una carcajada, disfrutando de la inocencia de Minseok, y se acercó un poco más a él, sus manos extendiéndose para hacerle cosquillas en los costados.

M.E ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora