Capítulo -9: Trato.

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Mojito se separó instantáneamente de Juliette mientras ella fué rápida en bajar su falda para cubrirse.

—¡Maldito degenerado! —Korn agarró a Mojito por la camisa con rabia.

Korn apretaba el puño con rabia, ira era lo que sentía en ese momento. Su brazo temblaba deseando golpear a su hermano.

—¡Es tu madrastra!, ¡Esposa de tú padre! —le gritó soltando a su hermano de un empujón.

—¡Y tú, maldita ramera!, ¡Me das asco!, ¡Te revuelcas como perra en celo!

—¡Ya es suficiente! —protestó Mojito.

—¿Con que descaro?, ¿Con que cara vienes a decirme que hacer? Cuando tú has cometido un pecado tan grande. ¡No tienes la moral para hacerlo! —se dirigió de nuevo a Mojito. El cólera le brotaba hasta por los poros—. ¡No tienes respeto!, ¡No tienes moral!

—Pregúntame si acaso me interesa quedar como santo ante tí —le dijo Mojito desatando aún más la ira de Korn, quien no falló ni dudó en soltarle un puñetazo directo a la mejilla.

Korn era fuerte, pero Mojito también aunque no se comparaba con su hermano mayor. Ambos hermanos terminaron en un forcejeo violento en dónde la ira reinaba entre los dos.

Juliette miraba aterrada como se peleaban los hermanos sin saber que hacer.

—¡No es asunto tuyo! —le dijo Mojito a Korn.

Korn le partió el labio inferior a Mojito, mientras que Mojito le dió un golpe que dejaría su ojo derecho morado. 

—Mi padre se enterará de esto y te irá mucho peor —le decía Korn justo en el momento en que logró doblar el brazo de Mojito hacia atrás para contenerlo—. Te correrá de la casa, ¡A los dos! O inclusive mucho peor. La traición que acaban de cometer es el acto más imperdonable.

—Ve y dile, Korn —decía Mojito—, pero de esa misma forma terminarás tú.

—¡¿Qué cosa dices?! —cuestionó—. ¡Yo tengo la moral tan correcta como para cometer una falta que se compare con la tuya!

—¿Y tú no crees que estoy enterado de lo que tú hiciste? —le cuestionó Mojito—. ¿O por qué creés que me es tan irrelevante lo que hagas?, ¿Acaso no fuiste tú quien cometió un error en la empresa que tantos años le tomó construir para llegar a dónde está?

Korn de inmediato soltó a Mojito para mirarlo con aún más rabia.

—¿Qué pensaría mi padre al enterarse de que su principal heredero casi lleva a la quiebra su imperio?, ¿O acaso no fuiste tú quien malversó unos fondos y ahora estás pagando con tú propio dinero para que él no se de cuenta? —Mijito le hablaba sin expresión alguna—. Eso no estaría bien visto para él. Dudo mucho que de esa forma mantenga la misma confianza de antes para dejarte a cargo de sus negocios.

—¡Cállate! —le exigió Korn.

—¿Quien quedaría a cargo entonces?, ¿Cognac, Whis, Sour...yo? No te conviene, ¿Verdad? —siguió Mojito—. Por eso siento que podemos llegar a un justo acuerdo.

La mirada de Korn sobre Mojito era la de un demonio embravecido, totalmente corrompido por la rabia.

Korn no dijo ni una sola palabra a Mojito y se fué hacia Juliette tomándola por el brazo apretando con toda la fuerza y rabia posible para echarla de la habitación.

—¡Vete! —le gritó—. Pero te aseguro que después tendré una charla contigo...

Cuando echó a Juliette cerró la puerta tras él, se dió la vuelta y miró a Mojito.

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