Capítulo -7: Desaparecido.

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Cuando Daishinkan despertó esa mañana, lo hizo experimentando un agudo dolor de cabeza. Se había excedido un poco con la bebida, pero la celebración y el evento lo ameritaban.

Estaba tranquilo, aunque algo desorientado, pero todo eso pasó a segundo plano al darse cuenta del estado en que se encontraba. Sin ninguna prenda de ropa encima, solo cubierto por las blancas mantas. De manera automática miró a su costado, encontrándose con su mujer en el mismo estado; estaba dormida, pero sin camisón que le cubriera la esbelta figura que tenía. No había que pensarlo mucho para deducir que sucedió en su cama esa noche. Era más que evidente.

Los recuerdos de la noche llegaron rápidamente a él, sin embargo, eran pocos. No recordaba mucho de lo que sucedió, ni como llegó a eso, pero recordaba perfectamente a Juliette debajo suyo. Nada más.

Cómo se sintió culpable en ese momento, ¿La razón? Juliette había expresado todas las noches anteriores no tener deseos de pasar así una noche con él. Sin embargo, estando ebrio no era capaz de faltarle al respeto a una dama, tenía el perfecto conocimiento de cómo actuaba bajo los efectos del licor y estaba más que seguro que no la forzó. La última y única culpa recayó en el hecho de que no recordaba como fué su primera noche juntos.

Sin darle más vueltas al asunto, se levantó y se fué a dar un baño para tratar de aliviar su resaca.

Para cuándo Juliette despertó, lo hizo viendo a Daishinkan de espaldas a ella mirándose en un espejo de cuerpo completo mientras se ataba la corbata.

—Buenos días —le dijo Daishinkan al verla a través del reflejo.

Juliette se tapó con las mantas. Mentira sí dijera que aún estaba preocupada por Daishinkan y su reacción.

—Buenos días —le respondió Juliette.

Daishinkan se dió la vuelta y buscó una bata para pasársela para que se cubriera mejor y se la pasó.

—¿Todo bien? —le preguntó Daishinkan cuando la tuvo al frente. Sabía que se refería a lo sucedido entre ambos.

—Estabas completamente ebrio —le reclamó Juliette—. ¿Por qué la pregunta?, ¿Acaso no lo recuerdas?

El ambiente parecía un poco incómodo entre ambos, pero rápidamente la incomodidad en Juliette se volvió pavor al ver como Daishinkan sacó su revolver del último cajón. Por un momento pensó que todo estaba perdido.

—¿Hice acaso algo que no fué de tú agrado? —le cuestionó Daishinkan guardando su arma en su cinto.

Juliette titubeó un momento guardando silencio.

—Juliette —la llamó al ver que no respondió.

—No es eso —le dijo al bajar la mirada y él alzó una ceja ante su comportamiento—. Sí ni tú mismo sabes que sucedió. Me hubiera gustado que cuando..."eso" sucediera fuera diferente. No me lo imaginaba así.

Daishinkan se vió sorprendido ante el motivo de desagrado de Juliette.

—Lo lamento —le dijo luego de un suspiro—. Puedo asegurar que no volverá a suceder.

No dijo nada, ¿Pero acaso ese comportamiento de Juliette fué un pequeño intento de manipulación? A eso se debió su sorpresa; le dió una leve impresión de que eso intentó hacer, pero ¿Con que fin?, ¿Qué buscaba con eso? Tal vez se equivocaba y eran meras suposiciones suyas.

Juliette sintió que había logrado librarse del error que había cometido.

Hubo un silencio prolongado e incómodo entre los dos luego de la conversación.

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