Las deciciones del Señor Jeon se ven afectadas por la imprudencia del joven Kim cuando una tarde por casualidad este decide coquetearle descaradamente.
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El Vidrio Roto Marzo 09, 2014 Domingo
Eran las 9 de la mañana cuando Taehyung se despertó una vez más en la cómoda cama que el Señor Jeon le proporciono, estiro sus brazos y tanteo el terreno con su mano izquierda en busca de su teléfono soltando un largo bostezo cuando finalmente lo encontró. Lamió sus labios y se arrepintió al instante que el aroma de mañana le inundo la nariz.—Ugh... —Levantó una pierna al aire para lanzarla al frente simulando un impulso para sentarse en la cama, miro alrededor.
Frunció su ceño cuando el lugar se le hizo muy silencioso, pero le resto importancia yendo directo al baño para lavarse el rostro, aplicarse cremas y lavarse los dientes, de todas formas, tenía que bañarse más tarde. Finalmente abandono su habitación y al obtener puro silencio emprendió camino a visitar las otras habitaciones. Tocó ligeramente la puerta de la habitación donde su abuelo estaba durmiendo y cuando esta se abrió ligeramente supo que el no estaría ahí, así que, regresó por el pasillo.
La habitación del Señor Jeon estaba abierta, lo cual era extraño porque la puerta siempre permanecía cerrada, asomó su cabeza y aunque estaba completamente seguro de que no estaba de todas formas miro alrededor y dijo:—¿Señor Jeon? —No obtuvo respuesta. Ahora se sentía abandonado. Salió de la habitación soltando un bufido y bajo las escaleras trotando.—¿Señor Jeon?
—No están en casa.
Una voz conocida y aterciopelada le respondió, giro su cabeza al sillón individual donde Park Jimin tenía un libro de pasta verde entre sus manos, Taehyung bufó por segunda ocasión mientras terminaba de bajar los últimos escalones.—¿Qué haces aquí? —Preguntó sin saludar primero, Jimin no le miró cuando se estiro y dio un sorbo a su café helado.
—Jungkook me pidió que viniera.
Taehyung frunció el ceño.—¿Para qué? —Finalmente el rubio le miro, Taehyung volvió a ver la altanería en sus ojos, acomodo su playera de dormir.
—Me dijo que le prometió a cierto niño mimado que lo llevaría a una reunión con sus amigos, así que vine a cubrir su puesto. Y no es por ser grosero, ¿pero te irás vestido así?
—Me mando una niñera, excelente. —El castaño murmuró haciendo que Jimin bajará un poco el libro para mirarle de nueva cuenta.
—No te conviene ponerte grosero conmigo, Taehyung-ah. Le estoy cubriendo un favor a Jungkook, en cualquier momento puedo irme y tu no irás con tus amigos. —El castaño rodó sus ojos antes de darse media vuelta y caminar a la cocina.
No tenía ganas de almorzar, de hecho, no tenía ganas de almorzar si iba a almorzar solo, y aprovechando que tenía una niñera...
—Jimin.—El rubio se giro a mirarle desde el sofá.—¿Podrías acompañarme a almorzar? —Se miraron por un par de minutos intensamente antes de que el rubio decidiera levantarse del sofá y seguirlo en la cocina.
