Ángel Caído
Mayo 2, 2014
12:27 pmJungkook suspiró desesperanzado, el suelo duro y frío bajo su cuerpo lo hacia temblar y morderse el labio evitando llorar. Sí, aceptaba su destino, era eso lo que merecía, lo sabía.
Con una mirada pesada observo sus alrededores, paredes grises con algunos rallones, las rejas frente a su rostro haciendo ver todo lo de afuera lejano, y los policias mirándole con desaprobación cada vez que pasaban por su celda.
Incluso alguno que otro atreviéndose a detenerse para molestarlo un poco, con las barbillas alzadas y mostrando sus afilados dientes sonriendo. —Te gusta meterte con menores, ¿eh? Ahí dentro tendrás lo que mereces.
Sí, Jungkook asentía a casa una de sus provocaciones, porque no había nadie que odiara a Jeon Jungkook más que el mismo. Desde el primer momento supo que no debía hacer eso, y desde el primer deseo supo que debía arrancárselo de la piel.
Pero no lo hizo.
No lo hizo por su propia decisión, no lo hizo porque no quiso. No quiso arrancarse el deseo de poseer a Taehyung alguna vez. Era igual de asqueroso de los demás hombres allá afuera, y lo catalogaba como un peligro.
Se catalogaba como un peligro.
Estar en prisión sería su mejor castigo, o tal vez un premio. No lo sabía, porqué aún no estaba ahí, pero se sentía extraño cuando anhelaba que lo llevaran directamente a la prisión.
El grito de Taehyung llamándolo mientras lo subían al auto aún le golpeteaba el pecho, teniendo que sobarse de vez en cuando en movimientos circulares.
Incluso si pasaban miles de años adelante, Jungkook siempre iba a arrepentirse de ese día, y de los días anteriores, pero no porque realmente no quisiera hacer todo lo que hizo, si no porqué en el final siempre estaba Taehyung llorando y gritando su nombre con todas sus fuerzas.
—Tienes derecho a hacer una llamada.
El policia le abrió la puerta y Jungkook se levantó sin muchas ganas, no sabía a quién llamar, y era muy cara dura de su parte marcar el número más reciente en su historial de llamadas.
Por eso, marco el único número que conocía de memoria, cerrando los ojos mientras lo escuchaba sonar, esperando que la persona en la otra línea respondiera, para su buena o mala suerte, así hizo.
—¿Quién llama?
—Ji-Eun. —Jungkook habló con voz ronca, tenía la garganta y los labios secos, tenía sed, pero pedir por un poco de agua se le hacia incorrecto.
—¿Qué hiciste, Jungkook?
Jungkook apretó los labios, era obvio que JiEun iba a saber desde el primer momento que algo iba mal, Jungkook nunca le llamaba de un teléfono que no fuera el suyo.
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Pet | KookV
FanfictionLas deciciones del Señor Jeon se ven afectadas por la imprudencia del joven Kim cuando una tarde por casualidad este decide coquetearle descaradamente.