CAPITULO DOS

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Mansión de Alessandro Lombardi Messina - Amalfi

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Mansión de Alessandro Lombardi Messina - Amalfi

Horas antes...

Desde la terraza de mi villa en la colina, las luces de Roma se despliegan como un manto de estrellas caídas. La noche está cargada de una calma engañosa, un preludio a la tormenta que sé que se avecina. Me sirvo una copa de vino tinto y dejo que el aroma terroso y rico me invada, un pequeño placer en medio del caos que define mi vida. El teléfono vibra en mi bolsillo, rompiendo la serenidad momentánea.

—¿Sí? —respondo, sin apartar la vista del horizonte.

Señor Lombardi, todo está listo para el envío de mañana. —La voz al otro lado es firme, leal, la de un hombre que sabe que un solo error puede costarle caro.

Asiento lentamente, aunque sé que él no puede verme. —Excelente. Asegúrate de que no haya ningún contratiempo. Esta operación debe ser perfecta.

Cuelgo el teléfono y tomo un sorbo de vino, permitiendo que el líquido acaricie mi paladar. Mañana será una noche crucial. La droga XENZ, nuestra creación más reciente, ha demostrado ser tan efectiva como mortal. Controlar su distribución me asegura un poder que pocos pueden siquiera imaginar. Pero con ese poder vienen enemigos y peligros constantes.

Mi mente se desliza hacia la mujer que ha estado persiguiéndome incansablemente: Angelik Jones. He oído hablar de su tenacidad, de su deseo insaciable de justicia, alimentado por la muerte de su hermano. Un pequeño precio a pagar en mi línea de trabajo, pero uno que la ha convertido en mi sombra más persistente.

Un ligero movimiento en el jardín me saca de mis pensamientos. Es uno de mis hombres de confianza quien avanza en compañía de otro hombre con aspecto degradante y contextura muy delgada como si hubiese pasado hambre durante varios meses, lleno de golpes y sangre, tiene un ojo hinchado sin poder abrirlo, y la boca toda reventada.

-Señor – llega federico con el que se ve a leguas es un adicto de mi droga -este adicto se hizo reventar queriendo entrar a uno de sus clubes diciendo que tiene una oferta muy importante para usted.

-JAJAJA -una carcajada brota de mi con un tono siniestro -Que oferta puedes hacerme tú que yo necesite – le digo al adicto mientras federico lo pone de rodillas frente a mi amenazándolo con un arma en su cabeza, cosa que lo pone a tragar seco, apenas me acerco tensando mi mandíbula, para que vea que a mí nadie me puede ofrecer nada que yo ya no tenga, hasta el puto mundo es mío se me pega la gana.

-Primero me dará su palabra de que cumplirá lo que quiero – suelta el adicto intentando sonar con voz firme, algo que le es imposible ya que cuando alza la mirada y ve la mutación de mis ojos se asusta.

Soy consciente de que la mutación de mis ojos, de diferente color y brillantes como los de un felino acechando en la oscuridad, infunde un temor palpable al combinarse con mi mirada asesina. Es un detalle que me fascina profundamente, el poder que emana de mi presencia, la autoridad implícita en cada uno de mis gestos. Ver el miedo reflejado en los rostros de aquellos que me rodean, saber que mi simple presencia puede hacer que se estremezcan, me llena de una satisfacción oscura.

Oscura SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora