CAPITULO NUEVE

27 4 1
                                    

Imperium Towers, propiedad de Alessandro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Imperium Towers, propiedad de Alessandro.

Una semana después...

Las luces de la ciudad se extendían como un manto brillante bajo los ventanales de mi penthouse en el Imperium Towers. Desde aquí, todo parecía pequeño, insignificante. Excepto el recuerdo de Angelik. Llevaba una semana intentando concentrarme en mis negocios, en mantener la fachada de control absoluto que siempre había ejercido. Pero cada vez que cerraba los ojos, la imagen de su rostro, sus labios, su cuerpo, invadía mi mente como una tormenta.

El recuerdo de ese momento con Angelik se grabó en mi mente como una melodía obsesiva, cada nota resonando con un deseo creciente. Cada pensamiento, cada imagen, avivaba la llama ardiente dentro de mí, haciéndome desearla más allá de toda razón. ¿Por qué no pude llevarla al límite, hacerla mía por completo? La frustración y la lujuria se mezclaban en un torbellino en mi interior.

Me muevo inquieto en mi silla, sintiendo cómo la tensión se apodera de cada fibra de mi ser. La mera idea de su suavidad, el dulce sabor de sus pechos voluptuosos que encajan perfectamente en mi boca, su aroma embriagador, su entrega total, todo ello es suficiente para avivar la dureza en mi entrepierna. ¡Maldita sea! Si tan solo hubiera tenido unos momentos más, si hubiera logrado probar el exquisito sabor de su sexo y llevarla al punto más alto de éxtasis, sentir su cuerpo arqueándose bajo el mío mientras bebo de su delicioso néctar hasta la última gota, suplicando por más. Pero me dejo duro como roca, sin poder bajarlo, ya siento como empieza a doler. La frustración se mezcla con el deseo, formando una tormenta de emociones que amenaza con desbordarme.

Pero ahora, todo lo que quedaba era el sabor amargo de la oportunidad perdida, la sensación de estar al borde de algo grandioso y haberlo dejado escapar. No importaba cuánto intentara convencerme de que no era el dueño de su cuerpo, la verdad era que estaba lejos de haberla conquistado por completo.

La mandíbula tensa, cierro los puños con fuerza, dejando que la rabia se filtre por cada poro de mi piel. No importa, me digo a mí mismo. Aun tengo el control, todavía puedo llevarla a donde deseo. Pero esta vez, no habrá lugar para dudas ni vacilaciones. Esta vez, seré implacable en mi búsqueda del placer, pero también en mi determinación de alcanzar mis objetivos.

Con un suspiro, me obligo a relajarme, a dejar de lado las fantasías momentáneas que me atormentan. No hay tiempo que perder. Angelik es mi objetivo, mi herramienta para lograr lo que deseo. Y haré lo que sea necesario para asegurarme de que esté completamente bajo mi dominio, incluso si eso significa sacrificar mi propio placer en el proceso.

Me acerqué al bar y me serví un trago de whisky sello azul, el líquido ámbar reflejando las luces de la ciudad. Tomé un sorbo, sintiendo el ardor familiar en mi garganta, pero no fue suficiente para apagar el fuego que ardía dentro de mí. La última vez que la vi, la discusión en el club había terminado con ella subiendo a un taxi, dejándome con más preguntas que respuestas.

Oscura SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora