CAPITULO TRECE

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Estos capitulos estan bien picantes...

La luz tenue del amanecer se filtra por las pequeñas ventanas de mi jet privado

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La luz tenue del amanecer se filtra por las pequeñas ventanas de mi jet privado. Siento el suave zumbido de los motores mientras nos deslizamos por el cielo, alejándonos de la turbulencia de la noche anterior. Mi mente está agitada, llena de pensamientos contradictorios que se arremolinan sin cesar. Miro a Angelik, que duerme plácidamente a mi lado, su respiración tranquila y su rostro relajado. Parece un ángel, tan pura y serena, completamente opuesta al caos que siempre ha sido mi vida.

No puedo evitar sentir una mezcla de emociones al observarla. Hay algo en ella que me desarma, una vulnerabilidad y fortaleza a la vez, que me atrae y me inquieta en igual medida. La manera en que se entregó a mí, con una pasión y un abandono que pocas veces he experimentado, toca algo profundo dentro de mí.

Pero no puedo permitirme ser débil. Tengo responsabilidades, una organización que dirigir, y enemigos que no dudarían en usar cualquier debilidad en mi contra. Angelik es más que una simple atracción; es un riesgo, un posible punto de quiebre en mi cuidadosamente construida fachada de control absoluto.

Me levanto con cuidado, asegurándome de no despertarla. Necesito claridad, necesito pensar. Cruzo la cabina en silencio, pasando por los guardias y el personal que aún duermen o están absortos en sus tareas. Me dirijo a la pequeña área de descanso al fondo del jet, donde espero encontrar algo de tranquilidad.

Federico, mi hombre de confianza, está allí, revisando documentos en su tablet. Levanta la mirada cuando me ve entrar, asintiendo ligeramente.

—¿Alguna novedad? —le pregunto, tomando asiento frente a él.

Federico niega con la cabeza.

—Todo tranquilo por ahora, señor. Nos quedan unas horas antes de llegar a nuestra base en Europa. Luca se ha asegurado de que todo esté preparado para nuestra llegada.

Asiento, agradecido por la eficiencia de Federico y Luca. Sé que puedo contar con ellos para mantener las cosas en orden. Pero mis pensamientos siguen volviendo a Angelik. Hay algo que necesito entender, algo que tengo que resolver antes de poder seguir adelante.

La puerta se abre suavemente, y Angelik aparece en el umbral, sus ojos aún adormilados pero alertas.

—¿Alessandro? —su voz es un susurro, pero su presencia llena la habitación.

Me vuelvo hacia ella, con seriedad en mi rostro, sin mostrar ninguna emoción.

—Angelik, tenemos mucho de qué hablar —le digo, invitándola a sentarse a mi lado.

Angelik me mira, su expresión endureciéndose. Sé que no va a ser fácil, pero nada de valor lo es.

—FENIX no es solo una organización cualquiera —comienzo—. Y tú, Angelik, no eres una soldado cualquiera. Eres la capitana de la élite, y eso te hace un objetivo. Quiero saber por qué Enigma te quiere. Y más importante, ¿qué saben ellos sobre la droga XENZ?

Oscura SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora