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Conway

Pasados un par de días, Castro al fin dio la autorización de poderle tomar declaración a Gustabo.

Llegue esa mañana temprano al hospital preparado para verlo por primera vez desde su aparición.

Camine por el pasillo y entre en la habitación en la que se encontraba.

Estaba sentado en la cama terminando de desayunar

- Gustabin que bueno al fin verte - dije al pasar por la puerta.
- Que tal jefe. Que bueno al fin poder recibir visitas - hizo una mueca con la boca que no supe interpretar.
- Como te sientes?
- Pues a pesar de como me ves, me siento bien. Todavía no me puedo levantar, por culpa de la anemia, más que para ir al baño y con ayuda.
- Descansaste?
- Clara me obligó, si me metía los relajantes por la mierda esta cosa. - dijo levantando el brazo para dejar ver la vía que tenia puesta.

Sonreí al escuchar la respuesta. Al menos estaba de buen humor.

Castro entro por la puerta portando una jeringa en su mano.

- Es hora de la medicación - dijo colocando un líquido por la vía del joven.
- Que es eso? - le pregunté.
- Pues es su tratamiento en una dosis un pelin más fuerte ya que estuvo varios días sin tomar la pastilla. A partir de mañana volverá a la pastilla normal.

Observé unos segundo las marcas del rostro de Gustabo. Baje mi vista hasta sus manos donde tenía vendados 4 dedos que habían sido quebrados.

- Más tarde toca el hierro - le dijo la doctora y camino hasta la puerta. - Debes decirme quien quieres que venga a verte hoy, solo dos personas al día.
- Hoy Isidoro y Freddy, mañana a Kylie y Horacio, despues Filomeno y... ya veremos - respondió el menor serio.
- Les avisaré entonces.

Castro salió de la habitación cerrando la puerta.

- Solo hoy veras a Trucazo? - pregunte confundido.

Supuse que querría verlo todos los días.

- Él tuvo algo que ver? - preguntó mirándome fijo.
- No lo sabemos aún. Todo indica que no.
- Pero si fue quien lo ayudó a escapar, o me equivoco?
- Correcto!

El joven miró hacia abajo decepcionado.

Por eso solo lo vería hoy, sabía que había sido Trucazo el que ayudó a Grúas.

- Necesito que me des tu declaración para el informe. Hay que seguir la investigación y dar con el paradero de Armando y los que lo ayudaron.

Gustabo asintió con la cabeza y tomó agua de un vaso que había en una mesita a su lado.

- Ese día luego de la discusión que tuve contigo, fui al casino. Jugué en la ruleta y asombrosamente gané. Cuando salí de ahí me dirigí al estacionamiento a buscar un vehículo, lo cual recordé que no había  llevado - hizo una pausa y me observó.
- Estaba tu coche estacionado en el estacionamiento del casino.
- Perfecto! Un hombre enmascarado con un gorro pescador me apunto por detrás con un arma y mediante amenazas me hizo subir a un vehículo. Conduje hasta cerca del faro, mientras él estaba sentado detrás con su arma en mi cabeza. Me hizo bajar y me llevo hasta unas escaleras que bajaban a un pequeño muelle. Allí me hizo arrodillar y mientras me apuntaba. Aproveche sus nervios para abalanzarme sobre él e intentar quitarle el arma. En la lucha logre herirlo pero alguien llego y me golpeó dejandome noqueado.

Hizo un pausa para beber agua.

- Mañana me puedes preparar algo para comer? - su pregunta me sorprendió.
- Claro! Si es lo que quieres.
- Quiero intentar que funcione esto de ser... tu sabes...
- También quiero eso. Me alegra que estés dispuesto intentarlo.

Los Santos del infierno.  Pólvora Y Fuego.   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora