34. follow the trail

176 26 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El viaje hacia Wheaton, Nueva Jersey se alargó gracias a que Steve siguiera sus indicaciones a pesar de todo, incluso cuando Halliwell había creído que como siempre, Steve seguiría su propio instinto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El viaje hacia Wheaton, Nueva Jersey se alargó gracias a que Steve siguiera sus indicaciones a pesar de todo, incluso cuando Halliwell había creído que como siempre, Steve seguiría su propio instinto. El vaivén del coche había sido como una mecedora para él y no había dormido tan bien desde que lo podía recordar, aunque fuera extendido en toda su gloria en el asiento trasero de la camioneta que habían robado. Steve iba al volante mientras que Natasha estaba en el lado del pasajero, sus piernas estaban subidas en el panel sin ningún escrúpulo. Steve se había quitado los lentes falsos y la gorra de béisbol, desechando el primero en algún lugar del camino, su cabello rubio, aunque corto, agarraba pequeños destellos de luz de sol a través de las ventanas bajadas del coche. Le tomó un momento entender por qué estaba en ese coche para comenzar y entonces todo se apresuró en su mente, como una oleada de imágenes en velocidad rápida haciendo un recuento de los sucesos acaecidos en las últimas cuarenta y ocho horas.

El Lemurian Star. El thumbdrive. Proyecto Insight. Su discusión con Fury. Fury apareciendo de noche en el apartamento que compartía con Steve. Infiltrados en S.H.I.E.L.D. El disparo. Steve persiguiendo al tirador. El hospital. Fury 'muriendo' sobre ellos. El hospital nuevamente donde entendió que el Soldado del Invierno era real. El centro comercial. Agentes buscándoles. El beso que le dio a Steve como táctica de distracción. El cartel azulado de la bienvenida a Nueva Jersey les recibió cuando Aidan se incorporó de su cama improvisada y se frotó los ojos, un bostezo escapando de sus labios. Ninguno de sus acompañantes se dio cuenta de que él se había despertado. Estaba bien por lo pronto, no necesitaba que el ambiente se arruinara y necesitaba un minuto para despertar correctamente.

—¿Desde cuándo el Capitán América roba coches? —preguntó la pelirroja, Natasha se notaba tan relajada como si no fueran tres fugitivos de la justicia. O tan justicia como fuera ahora la agencia.

¿Habría alguien allá afuera que creería en su inocencia? ¿En la de Steve, que era la persona más noble, honesta y bien intencionada que existía en el mundo?

—En la Alemania Nazi, y lo estamos pidiendo prestado, así que quita tus pies del panel —dijo Steve arrugando el ceño ante su actitud descuidada.

Se oyó un resoplido por parte de ella, pero obedeció igualmente, quitando los zapatos del panel y poniéndose derecha en el asiento. Le miró al super soldado, fijamente como tan solo una amiga lo haría.

into the fire, STEVE ROGERS²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora