ITF| "his love was like fire, consuming, tempting. and i'll gladly run into it all over again."
BOOK TWO OF UNFORGETTABLE LOVERS SERIES
(mirko fabrizzio 2023, steve rogers x male! oc. todos los derechos reservados.)
SE PROHÍBE LA COPIA, TRADUCCIÓN O...
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Siguió a Clint fuera del ascensor que llevaba a la sala de preparaciones y se dirigió a su casillero; un cubículo enmarcado en detalles negros con el vidrio trasparente borroso y pulsó el código para abrirlo. Dentro descansaba su traje, una nueva versión que había estado guardando en caso de emergencia, por si el anterior se le dañaba. Era exactamente igual, excepto que este si tenía una capa. Se quitó la camiseta vieja de la academia, tirándola en el fondo de este y así también los vaqueros y los zapatos.
Volver a Sokovia, rescatar a Nat, patearle el trasero a unos cuantos Ultrón-bots y probablemente eran las únicas cosas que rondaban por su mente en ese momento. Con la adición y nacimiento de Visión, en androide sentiente que había sido posible fusionar con la interfaz de Jarvis para crear algo totalmente nuevo y los Maximoff de su lado... en parte, suponía que las cosas estaban mirando para mejor en vez de la derrota tras derrota que habían enfrentado en los últimos días. Es decir, todavía dudaba de las intenciones de los Maximoff, la súbita alianza no era más que protección de supervivencia que meramente lealtad sincera por los Vengadores y su trabajo. Steve había considerado ser rápido en la idea de aliarse con ellos, tomando la decisión unilateralmente, pero suponiendo que estaban en mitad de una batalla con una inteligencia artificial rebelde, suponía que no podían discutir al respecto.
Al menos no por ahora.
No sabía qué historia penosa le habrían contado como razón de que les diera pie frío al haberse aliado con un robot homicida, pero los tenía en la mira.
Esto era.
Terminaba con ellos.
Se calzó el traje de espaldas a Clint, que estaba demasiado ocupado escogiendo entre su arsenal de flechas en su pequeña armería, y con un toque en el pecho, justo donde estaba su emblema, el traje se le ajustó por sí solo, luciendo cada pedazo de héroe que se le consideraba. Heat Wave vivía. Se peinó el cabello con los dedos, mirándose al espejo y dejó que los dos mechones de cabello blanco cayeran en su frente dándole un aspecto más ominoso al cabo que cinco segundos después se calzó las botas que complementaban el traje y estuvo preparado. Lo que cualquiera pensaría es que llevaría, como siempre, los cuchillos arrojadizos y las pistolas.
