44. i wonder what the future holds for me

159 22 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Convivir con una mentira, en los días que sucedieron a su visita a la casa de Sam Wilson no fue fácil, sobretodo cuando sentía que en cualquier segundo este se chivaría a su novio de alguna u otra manera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Convivir con una mentira, en los días que sucedieron a su visita a la casa de Sam Wilson no fue fácil, sobretodo cuando sentía que en cualquier segundo este se chivaría a su novio de alguna u otra manera. Lo que había pedido en garantía no era una simple cosa, ni mucho menos lo era las condiciones que había impuesto con tanta propiedad. Había tomado en sus manos el valor para hacer lo que sus demás compañeros no habían podido en varios meses. Lo cierto es que necesitaban más sangre nueva en el equipo y no había quien lo negara. Siete personas no podían cargar con el caos que la humanidad creaba y eso de alguna forma lo tenían que ver. Afortunadamente, conforme pasaban los días y semanas, el hábito de caminar sobre cáscaras de huevos se había reducido, esa paranoia de que Steve se le plantase en medio del living room exigiéndole respuestas severas sobre lo que había puesto en moción fueron desvaneciéndose al captar que Sam no se había comunicado de vuelta o enviado los planos de su exotraje como él lo había esperado. Steve no solo era el Capitán, el que estaba a cargo del equipo, de cada decisión, el que dormía en su cama y lo despertaba de vez en cuando con pesadillas causadas por estrés post traumático debido a la guerra; Steve era su novio. Era su amigo, era alguien que dormía en su cama y de vez en cuando le hacía desayuno. Era el que lo conocía tan bien hasta ese punto que sabía que algo estaba pasando pero no presionó, porque sabía que ciertas cosas siempre serían un secreto. Se habían conocido en un ambiente en el que mentir y omitir información era una cosa habitual por entrenamiento.

Así que, en cuanto se hubo dado cuenta, el mes hubo pasado volando como si nada, como estaban en verano y raramente nevaba o llovía, el clima estaba lo suficientemente cálido como para levantarse a la hora que Steve le gustaba y salir a correr, coda que hacían casi a diario... si es que Aidan no lo retenía en la cama un par de horas más para conciliar el sueño. Estaban viviendo el sueño de toda pareja, aunque tomándose las cosas tan lentas como se lo habían prometido, no habían tenido mayores peleas o crisis que les urgieran apartarse más de lo necesario. Ahora que Tony había hecho de Aidan su mano derecha en la Torre el primero todavía trataba de acostumbrarse a un horario libre de espionaje y en su lugar abrir espacio para la lectura.

Pasó un buen rato para que Stark y Halliwell encontraran el pie en la cosa de trabajar juntos, tenían diferentes enfoques y venían de lugares bastante distintos. No eran extraños ante los arrebatos de genio que tenía Tony, ni los desacuerdos menores en cómo abordar ciertas cosas; sobre todo, si quería seguirle el ritmo al multimillonario, había tenido que leer pesados volúmenes de ingeniería mecánica, física cuántica, ciencia cibernética, entre otras cuestiones que relacionaban los trabajos de Stark. A Steve no le gustaba nada que su novio trabajase con el que hace diez años amasó su fortuna construyendo armas potentes que diezmaron ciudades enteras —por que sí, parte de culturizar a Steve significaba ponerlo al día en eventos históricos. Cuando escuchó sobre la muerte de JFK casi le dio un soponcio— pero eso era o que fuera arrestado como criminal por mano de Glenn Talbot y su ejército de militares.

into the fire, STEVE ROGERS²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora