37. all fell down

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Con más fuerza de la necesaria y a punta de empellones y armas, el equipo de captura enviado desde S

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Con más fuerza de la necesaria y a punta de empellones y armas, el equipo de captura enviado desde S.H.I.E.L.D. los subió a la furgoneta blindada de transporte. Después de todo, la agencia de la que habían estado huyendo los había pillado sin mayor esfuerzo luego de dos largos días en fuga. Los sentaron a cada uno de frente al otro, esposados, rodeados de tres agentes apostados en cada esquina para asegurar que no se escapasen ni intentaran algo en provecho a ello. No es que pudiera, de todos modos.

Las esposas en sus manos, que eran más una especie de cerradura de acero forjado bastante pesadas envueltas alrededor de sus muñecas, habían sido colocadas juntas una encima de la otra para evitar un mayor movimiento o intento de escape fortuito, estas tenían alguna suerte de dispositivo de bloqueo, porque por más que intentase acceder a sus poderes, era una tarea bastante en vano. Se sentía como si estuviera cogiendo arena entre sus dedos. Del mismo modo, una barra del mismo acero le recorría el abdomen cortándole la oportunidad de levantarse del asiento, restringiéndole cada movimiento. No importaba, de todos modos, no necesitaba sus poderes para asestar golpes o hacer daño intencionado.

También le habían quitado el cinturón con los cuchillos arrojadizos, confiscándolos a pesar de que no podía mover las manos, y, a pesar de que casi había mordido al agente que lo manejó, también le quitaron la mochila que llevaba en la espalda. Al haberse separado, cuando se volvieron a reunir en la parte trasera del vehículo blindado. El Soldado se había dado a la fuga quien sabe con qué ayuda —probablemente de los mismos infiltrados HYDRA que concurrieron a su arresto— y todos estaban en condiciones deplorables. Natasha, que se sentaba frente a Sam, sangraba por la herida de bala que el Soldado del Invierno le había infligido en el puente cuando trataba de poner a civiles a salvo y Steve lucía agotado, mirando hacia abajo abatido, pero también como si se sintiera culpable. Además, tenía unos cuantos rasguños, así como marcas que comenzaban a cambiar de color con cada minuto que pasaba. Si bien se habían enfrentado al Soldado del Invierno y habían salido medianamente ilesos como para contarlo, tenían la ligera sospecha que el haber sido tomados en prisión un rato después no era simplemente coincidencia, era más bien táctica de entretención por mientras el equipo táctico de S.H.I.E.L.D llegaba a la escena.

into the fire, STEVE ROGERS²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora