01.- Admiración

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 603.


01.- Admiración

Le admiraba. Tal vez era por ese motivo que no se atrevía a acercarse a él de manera abierta. En algún momento había etiquetado a Nathaniel como inalcanzable, lo había subido a lo más alto de un pedestal y le veneraba. De acuerdo, quizás «venerar» no era el término más adecuado, pero se aproximaba bastante al sentimiento de fascinación que Marc guardaba por él.

Deseaba tanto acercarse a él, ser capaz de entablar una conversación, aunque esta fuera sobre el tiempo, que se pasaba el día soñando despierto.

Claro que su fascinación no era lo único que le frenaba, también estaba su timidez e inseguridad. A eso había que añadirle que Nathaniel primero se enamoró de Marinette y después de Ladybug. Así que ¿dónde podría encajar él?

Marc suspiró sentado en la escalera de metal que llevaba a las aulas, el cuaderno abierto sobre sus muslos mostraba la misma página en blanco que llevaba semanas intentando llenar. En uno de los bancos Nathaniel y Alix hablaban sobre algo que Nathaniel había estado dibujando. La envidió. Alix tenía una facilidad abrumadora para relacionarse con los demás.

—¿Una nueva aventura de Ladybug y Le Dessinateur? —preguntó Alix en un tono de voz lo suficientemente alto como para que Marc pudiera oírla.

Nathaniel movió las manos nervioso pidiendo que bajase el tono y miró a su alrededor con las mejillas tan rojas como su propio pelo, sus ojos le pasaron de largo como si Marc estuviera condenado a que no le viera nunca. La idea de estar maldito le hizo sonreír y preguntarse si debería hablar de eso con Juleka.

Cerró la libreta, la guardó en la mochila y sacó otra que estaba a estrenar. Acarició las cubiertas negras y la abrió dejando la primera página libre. Presionó la punta del bolígrafo contra la hoja y escribió: Diario de Ladybug. Observó las tres palabras con el ceño fruncido, nunca había escrito nada en formato diario, pero, tal vez, si trataba de meterse en la piel de la heroína podría comprender la fascinación de Nath por ella. Sí, era una buena idea, pero ¿cómo podía empezar ese diario?

Alix volvió a pronunciar el nombre de Le Dessinateur y se le ocurrió algo. Apoyó la punta del bolígrafo con firmeza sobre la hoja y escribió:

Querido diario:
No miento si digo que nunca me habría imaginado escribiendo un diario, pero tengo que explicarle esto a alguien. Hoy he conocido a alguien especial. Un akumatizado que ha robado mi corazón, su nombre: Le Dessinateur.
Soy una heroína, es impropio para mí tener que admitir que me he enamorado de él.

¿Serían ciertas esas palabras? ¿Qué habría pensado Ladybug al conocer a Le Dessinateur? ¿Qué sentiría por él? ¿Sería alguien especial o simplemente otra persona más a la que había salvado? Si fuese algo recíproco, si ella se hubiese enamorado fulminantemente de Nath, las escasas probabilidades de que Nath se fijase en él pasarían a ser nulas.

—¿Cuándo me va a tocar a mí tener un poco de suerte?

Su pregunta no obtuvo respuesta, nunca la obtenía.

Desvió la mirada hacia Nathaniel, estaba dibujando de nuevo, Alix estaba encorvada hacia adelante observando con atención cada trazo. ¿A quién estaría dibujando? ¿A Ladybug o a Le Dessinateur? Deseó que le dibujase a él. Que, en realidad, sí que le viese, que se hubiera fijado en él y le estuviese mostrando a Alix un nuevo superhéroe basado en él. Aquella idea absurda logró que las comisuras de sus labios se curvasen en una sonrisa.

Cerró la libreta, no podía seguir escribiendo aquello sentado en la escalera. Escribirlo era una declaración de amor.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Como cada año vengo con una historia corta para el mes del orgullo LGBTI+, aunque este año dejo a un lado a Rose y Juleka para escribir sobre Marc y Nathaniel. Va a ser algo simple y sin muchas complicaciones, los capítulos no superarán las 1000 palabras.
Nos leemos.


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