24.- Tic

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 721.


24.- Tic

Nathaniel se detuvo en el centro del vestíbulo del instituto y miró a su alrededor en busca de Marc, no le encontró. Sabía que un principio de neumonía no se curaba de la noche a la mañana, pero empezaba a hacérsele demasiado larga la espera. Se arrepentía de haberle escrito en el diario que le contestase cuando volvieran a verse. Tendría que seguir esperando, ya no tenía remedio.

—Buenos días —le saludó Alix dándole un suave golpe en el brazo con el puño—. Hoy tampoco parece que vaya a venir.

—¿Y si me está evitando?

Ella puso los ojos en blanco.

—Faltar a clase hasta que le expulsen para evitarte, menudo plan maestro el de nuestro amigo Marc.

Tenía razón, era una idea estúpida, pero imaginar escenarios catastróficos se le daba especialmente bien.

—¿No habría sido más fácil haber ido a su casa y habérselo dicho a la cara? —preguntó encogiéndose de hombros— Ya sabes, unos Éclair, un poco de mirarle mientras se te cae la baba por esa cara que pone cuando se los come, una declaración de amor que no tiene por qué ser demasiado romántica...

Farfulló algo ininteligible y subió las escaleras. En eso también tenía razón. Esperaría un poco más, no era un niño impaciente.

Sobrevivió a las clases garabateando a Inverso en los márgenes de los apuntes. Deseaba que, a parte de seguir sintiendo algo por él, aceptase que Inverso saliera en el cómic que hacían a medias. Lo deseaba de verdad. Ladybug seguía pareciéndole genial, pero ya no le interesaba como lo hacía antes.

Sonó el timbre anunciando el descanso, lo ignoró. El único aliciente para salir de clase era ver a Marc, arrancarlo de las escaleras y llevárselo hasta el banco y, bueno, Marc no estaba, seguía enfermo. Le hizo un gesto brusco con la mano a Alix para supiera que no iba a bajar, que prefería quedarse allí dibujando un rato. Ella se encogió de hombros y salió junto con el resto.

Inverso.

Era lo que más le apetecía dibujar. Incluso después de que Marc dijera que podía escribir una escena en la que Le Dessinateur y Ladybug se besasen, él preferiría un beso con Inverso y eso había sido antes de darse cuenta de que sus sentimientos por él no eran de amistad ni de camaradería. Había sido un idiota por no darse cuenta de lo que sentía por Marc y por no haber querido ver lo que Marc sentía por él a pesar de las indirectas.

—¿Lo de quedarse en clase es algo nuevo o me evitas?

Alzó la vista del boceto en el que trabajaba. No era Alix. Marc le miraba con sus ojos verdes grandes y brillantes, sus mejillas estaban ruborizadas a juego con la punta de su nariz que seguía irritada. Abrazaba contra su pecho el cuaderno que tan bien conocía. Era la persona más bonita que había visto jamás.

—Quería dibujar un rato —contestó.

Marc observó como pasaba el lápiz de la mano derecha a la izquierda para seguir abocetando. Era una especie de tic, algo que le había visto hacer cada vez que se ponía nervioso. Le admiraba por tener dos manos útiles con las que escribir y dibujar.

—¿Puedo sentarme?

Asintió y se concentró en un minúsculo espacio que pintar de negro.

—Claro que quiero que sigamos con esto juntos. Y me parece bien que salga Inverso.

—Ge-genial.

Volvió a cambiarse el lápiz de mano.

—Y...a mí también me gustas. Mucho —confesó. No quería hacerle padecer más, Nath parecía ser mucho más inseguro que él.

—¿Lo dices en serio? —preguntó atreviéndose a mirarle de reojo—. No te estarás burlando de mí, ¿verdad?

—Nunca haría eso. Burlarse de los sentimientos de los demás no está bien.

Dejó el lápiz sobre el cuaderno y esta vez se atrevió a mirarle directamente. Los labios de Marc se curvaron en una sonrisa sincera.

—Marc ¿te gustaría que lo intentásemos?

No necesitaba que especificase más, entendía el mensaje a la perfección. Desvió la mirada hacia la puerta de la clase sólo para comprobar que seguía cerrada y que no había nadie más en el interior de aquel aula.

—Sí, me encantaría.

Se inclinó hacia adelante y alcanzó los labios de Nath. Era un contacto torpe e inexperto, pero esta vez ninguno de los dos iba a salir huyendo.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Seguramente será un error de la animación, pero a Nathaniel se le ve dibujar con ambas manos, los ambidiestros no tenemos mucha representación positiva en series y películas, así que no he podido resistirme a ponerlo en relieve. Y sí, por fin se han hablado sin medias tintas, ya era hora.
Nos leemos.


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