30.- Querer

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 693.


30.- Querer

Listo. Habían acabado oficialmente. Nath mantenía la mirada fija en la máquina que escupía página tras página y que chirriaba de vez en cuando. El aire, en el interior de la imprenta, olía a tinta, a grasa, a metal y estaba excesivamente caldeado. Marc se remangó la sudadera y al hacerlo se acordó de lo que había pasado en su cuarto al acabar la última página del cómic.

Todo había empezado con un silbido satisfecho escapando de los labios de Nath. Había seguido con un suave tirón de su brazo que le hizo ponerse en pie. Habían compartido un abrazo estrecho y emocionado. Después un beso intenso, Nath le hizo retroceder y le atrapó entre su cuerpo y la pared. No era el primer beso, tampoco sería el último. Pero sí que había sido el primero en el que la necesidad de explorar la piel de Nath le había asaltado. Ambos habían explorado con timidez la piel bajo las camisetas. La sesión de besos y caricias les aceleró el pulso y la respiración, hasta que Nathaniel se apartó de él como si estuviera envuelto en llamas. Con la cara igual de roja que su pelo le pidió perdón y el momento quedó roto.

—Puedes esperar fuera si tienes calor —le susurró.

—Estoy bien.

Lo que había disparado su temperatura había sido el recordar aquella escenita.

La máquina dejó de escupir páginas. El trabajador de la imprenta las tomó y acomodó en la guillotina para cortarlas a la medida correcta, las pasó a otra máquina que las marcó y dobló. Grapó los libritos conforme iban estando montados y en un santiamén los estaba metiendo en dos cajas pequeñas y manejables.

—Aquí tenéis vuestros cincuenta ejemplares —musitó el hombre cerrando las cajas con precinto—. Este cómic tiene un aspecto increíble, Nathaniel. Has hecho un buen trabajo.

—Marc es mi guionista —replicó poniéndole la mano en el hombro—. Sin él no habría podido hacerlo.

—Espero que se vendan bien. ¿Cuánto puedes pagarme?

Nathaniel sacó el monedero del bolsillo.

—Sesenta euros —declaró sacando tres billetes de veinte.

—Bien, dame cuarenta y firmadme uno de los cómics, lo expondré en una vitrina.

Al salir de la imprenta, Nathaniel, le explicó que conocía a aquel hombre desde que era un niño, que siempre imprimía allí y que le permitía ir pagando poco a poco. Le sorprendió que hubiese alguien tan amable y altruista.

º º º

El cómic dedicado a Marinette se había vendido bastante bien entre sus compañeros. Los pocos ejemplares que quedaban los venderían por internet e irían imprimiendo más si tenían buena salida.

Volvieron a casa con Alix y se quedaron encerrados en el cuarto mientras ella tomaba una ducha. Nath estaba nervioso, tenía que hablar con Marc, llevaba pensando en ello desde el día anterior. Inspiró hondo, llenándose de valor, se aclaró la garganta.

—Marc. —Esperó hasta que le miró para continuar—. Lo de ayer. Lo siento. Creo que se me fue de las manos. No quería hacerte sentir incómodo.

—No. Yo creí que había hecho algo mal y por eso te habías apartado. —Aunque habían seguido hablando como si nada tras unos minutos—. Pensaba que... no lo sé.

Tomó sus dos manos con fuerza y le besó en los nudillos logrando que Marc se estremeciera.

—Voy a ciegas —admitió, quería ser sincero, Marc lo merecía—. Nunca había estado con alguien que correspondiera mis sentimientos. Estoy emocionado y también muerto de miedo.

»Tú eres mucho más seguro que yo. No sé qué estoy haciendo la mayor parte del tiempo, por eso a veces me porto como un idiota y pongo distancia.

»No quiero que te enfades conmigo por esto. Yo...

—Déjalo —susurró y le besó con suavidad—. Yo tampoco sé lo que estoy haciendo, lo descubriremos juntos, eso es lo que hacen las parejas, ¿no?

Pareja. Sonaba tan bien. Nath rió. Eso era lo que eran. Una pareja.

—Sí, tienes razón.

Le quería. Quería al chico raro que se sentaba a solas en las escaleras. Quería al chico que usaba maquillaje. Quería al chico que había escrito aquel diario bajo el pseudónimo de Ladybug. Quería, sin ninguna duda, a Marc Anciel.

Fin

Notas de la autora:
¡Hola! Y llegamos al final. No quería transcribir el final de Inverso, así que lo he mencionado solo de pasada.
Muchas gracias por haberme acompañado en esta pequeña aventura a pesar de la irregularidad. Os iré contestando poco a poco a los comentarios que me habéis ido dejando, han significado mucho para mí.
Como siempre un agradecimiento especial a quienes me habéis ido dejando vuestros comentarios: Genesis, Danglars, ProscriX, Jabalia, @Estrella_Queen_of , @JoselynSinfonia, @Lady_traductor y @Frankeworks.
Nos leemos.

Viñetas de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora