XXXI(+18)

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Faltaba solo un día para la fiesta del casamiento y ambos, santiago y yo, teníamos un día muy ajetreado. Nos tocó dejar a los niños bajo el cuidado de mis suegros para salir más temprano. El tenía una reunión importante a las siete de la mañana y yo debía cumplir con mi cita semanal al psicólogo; luego del secuestro fue casi una orden de mis superiores que asistiera.


Comenté en sesiones anteriores que no me sentía realmente capaz para el rol que ejercía en el gobierno y que me costaba mucho abrirme de nuevo y confiar en la gente. De los únicos que toleraba abrazos eran de mis hermanos, mis hijos y Santi, por supuesto. Aunque últimamente no me tocaba más que para tener relaciones y me mimaba menos que antes. Por supuesto no le conté eso último a Gerardo, ni del mensaje misterioso que le llegó a mi esposo unos días atrás de esa persona llamada Dani, sólo cuando ocurrió todo fue que encajaron las piezas del rompecabezas que ilustraba mi perdición.




-  ¿Y cómo van los preparativos para mañana? Estás emocionada? Por cierto, felicitaciones por haberte casado, se que lo esperabas con ansias.

- Si, la verdad que luego de todo lo que ocurrió y más aún después de todos estos años de consultas con vos, si siento que es un final feliz.

- ¿Un final? ¿Cómo es eso? -escribió algo en su libreta-

- Si, es el fin de una década llena de incertidumbre, de idas y vueltas, de complicaciones y malentendidos. Solo que inicia otro periodo: con esposo, con mis hijitos divinos, una casa que jamás estuvo en llamas jajaja incluso Sebastián nos pidió adoptar una mascota y en unos meses inicio mis estudios para obtener el doctorado.

- Ya veo, entonces permitime felicitarte nuevamente -miró el reloj- Se cumplió el tiempo. Antes que te vayas quiero decirte que la semana que viene es la última sesión. Te doy oficialmente el alta y ,por las dudas, a todos mis consultantes les agendo turnos extra por si querés venir por algo puntual o una emergencia.

- Muchas gracias, Gerardo. Siempre fuiste desde el principio un excelente profesional -me puse de pie y lo abracé- gracias por todos estos años.

- Solo recordá que no importa que tan malo se ponga todo, ni que tan difícil sean los contratiempos que te de la vida, vos seguí adelante - me abrazó y tomó de su escritorio una bolígrafo rosa pastel con un moño y me lo dio- un regalo de despedida y de cumpleaños adelantado.

- Gracias jaja nos estamos hablando por lo del cheque








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(Fragmento basado en hechos reales)




Me encontraba en mi oficina terminando informes y una investigación de una presunta banda narco-terrorista de Rosario cuando de pronto entró mi mano derecha, José, a comunicarme algo fuera de lo común:

- Señora está alguien afuera, dice que necesita hablar con usted.

- ¿Ah sí? -hice una mueca con mis labios- Mmm Santiago no es, porque ni siquiera hubiera pedido permiso. Mucho menos saludado... Que entre -me quité los anteojos y los deje sobre el escritorio-

Una muchacha de unos veintidós años entró por la puerta, sosteniendo un sobre de papel madera y se acomodó lentamente en silencio en la silla que había disponible. Tenía cabello oscuro y largo y una encantadora blusa color rosa pálido. Estaba algo retraída, avergonzada. Le pedí a José que cerrara la puerta al irse y le hice unas preguntas; algo no andaba bien.

- Buenas tardes, señorita. Soy la secretaria del ministerio. ¿En qué puedo servirle hoy?

- Yo... Eh... Necesito ayuda con algo -abrazó el sobre con firmeza entre sus brazos-

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