Un año.
Con este año, llevaría cuatro años.
Cuatro años sin ver a su familia, sin saber donde estaba, desorientada.
Casada con un emperador chino, de una de las cuatro dinastías que rodeaba recientemente el país.
Estas cuatro dinastías eran enemigas entre sí, pero a la vez tenían acuerdos con los que menos te esperarías.Su matrimonio forzado lentamente se fue aligerando el día que el hombre salvo a su mujer de una explosión.
Aríatnne, hija de Alex y Gerū, quién fue secuestrada y vendida, aquella hermosa mujer con malas miradas tras ella debido a que no era oriental y se caso con el líder Cheng, se estaba enamorando de su esposo luego de meses casados.Pero..
Nada evitó cuando soltó la bandeja, tirando el plato y vaso llenos de comida.Una mujer desnuda abrazaba el brazo de su esposo, y el chico parecía sorprendido por la presencia de su mujer.
Las discusiones comenzaron a escucharse por toda las paredes, Aríatnne no creía en las palabras de su hombre, Zhídé, mientras que la mejor amiga estaba arrodillada frente la puerta; observando con horror la escena.
—¡Ya cállate! —Ordenó con enojo el emperador de aquella dinastía.
—¡No! —Su respuesta les sorprendió a todos, ella tan sumisa, se reveló. — ¡No quiero! Tenemos que hablar. —Gritó.
Sus pasos siguieron los de Cheng.
(Basado en: "Evelyn, Evelyn."
Letra un poco cambiada.
2:22 - 4:39
https://youtu.be/HWI8BpT2tAM?si=j6HC-hyYJvOIPufZ)
—¡Yo solo estoy tratando de hacer lo mejor para ambos! —Exigió la muchacha.
—Bueno, pues yo jamás pedí esto, yo nunca quise esto. —Le seguía dando la espalda su esposa. — Todo lo que quiero es tiempo para mí ahora mismo.. —
Aríatnne se adelanto y se puso delante de él.
—Mirando en tus ojos, es como llegar a casa.. —Solo recibió una mueca de desprecio cuando tomó su brazo.
—Sólo alejate de mí. —Apartó con brusquedad su brazo. — ¡Deja de tocarme! Siempre estás tratando de ser alguien más... Alguien que no eres. —
La peli-roja se sintió adolorida por su comentario, a tal punto que las lágrimas comenzaron a asomarse sobre sus mejillas.
Ella comenzó a tomar clases para ser una mujer oriental y sumisa, justo y como Zhídé pidió y exigió.—Ahora me doy cuenta que no estoy sola.. —Observó a la otra mujer con seriedad.
El emperador rodó los ojos.
—Bueno, solo me tienes miedo. —
—Pero yo nunca te importe. —La mujer se agarró el pecho.
—¿Por qué no me dejas en paz? —
—Por qué tú nunca te atreviste a hacerlo conmigo.. —
Sus ojos lilas se tornaron a unos suplicantes mientras que la prepotencia era la gran marca de diferencia entre el matrimonio.
—¡POR QUÉ NUNCA ESCUCHAS, SIEMPRE INSISTIENDO! —Gritaron a la vez, tratando de tener razón.
—¡Sólo estoy recordando.! —Dijo la mujer.
—¡Pues no sigas recordando! —Le respondía su esposo.
—Siento que algo falta.. —Dijeron a la vez una vez más.
—¡SOLO QUIERO ESTAR A TU LADO! —Suplicó Aríatnne, no podía perder a nadie más.
—¡SOLO QUIERO ESTAR EN PAZ! —
—¡DIOS! ¿¡NO NOS PODEMOS LLEVAR BIEN POR UNA VEZ?! —
—¿¡NO ME PUEDES DEJAR SOLO?! —
Finalmente..
El choque llegó.
La peli-roja, harta de tanto, le pegó una bofetada a su marido.
Todos se quedaron horrorizados, susurraban, la criticaban.
No paraba de escuchar su nombre por todos lados."Aríatnne.."
—Siempre intenté entrar en tus estándares, pero jamás fui una mujer oriental.. Hasta aquí llego mi paciencia. —
"Aríatnne.."
Zhídé miraba como su mujer estalló en llanto, y su voz se escuchaba quebrada.
"Aríatnne.."
La mejor amiga del muchacho, se levantó furiosa, y comenzó a gritarle de todo.. pero Aríatnne tan solo se giró y camino hacia sus aposentos.
"Aríatnne"
Lo haría de nuevo.
Trataría de escapar.
Más veces en el pasado lo intento, pero los soldados de la dinastía Cheng siempre la retenian.. y como castigo latigazos se llevaba sobre su espalda.En su habitación, ordeno pequeñas cosas importantes sobre una tela rojiza que más tarde también usaría de capucha.
Cerró con pestillo su puerta y a la media noche, huyó del castillo.Los soldados notaron aquel intento, y avisaron a su rey.. sin embargo, esta vez Aríatnne no iba a parar de correr.
Corrió atravesando un espeso bosque.
En una vez se detuvo, observó como los soldados no la seguían.. era su oportunidad, o eso creía.—¡ARÍATNNE! —Zhídé la estaba siguiendo, era la primera vez que lo hacía.
La peli-roja negó asustada con la cabeza y volvió a correr.
—¡ARÍATNNE, ESPERA PORFAVOR! —
No quiso escuchar, sus piernas se movían solas y justo cuando pasó unos arbustos.. jamás se espero aquella caída libre para abajo.
Su pie se resbaló y estiró la mano mientras que las piedras se incrustaban en su piel.
Pegó un grito, pero justo antes de la caída, su muñeca fue tomada por el emperador.Volvió a ser salvada por aquel hombre peli-verde con aquellos ojos turquesas oscuros..
La subió y luego de eso la abrazó con fuerza.—Aríatnne, porfavor, no te vayas.. no soy nadie sin ti. —
