Solía observar, con dulzura, a mis hermanas jugar en el pasto.
Siempre esperábamos hasta el anochecer para volver a casa.
Tenía ocho años, ellas cuatro, eran trillizas.
Una noche, me separe de mi familia.
Vi a mis hermanas correr frente el pasto donde siempre íbamos a jugar.
Mi inocencia me hizo una mala jugada, y mis sensaciones se remontaban a algo cruel.
Les seguía, ellas siempre tuvieron una voz tan angelical..
Apartando los arbustos me gané arañazos en mis manos.
—¡Auch! —Exclamé cuando uno de ellos me dio en la mejilla.
Cerré el ojo, pero aún así no me detuve.
Tapandome la cara con la mano, vi a una de mis hermanas jugar en el agua.
—Lili. Es tarde. Debemos ir donde papá y mamá.. Es peligroso. —Me acerque a ella.
—Él está viniendo.. —Cantaba— Cierra tus ojos, y ahora está dentro de la casa. Debes dormir. Él camina hacia nosotros, él está viniendo.
—Lili.. Vas a molestar a los vecinos. —Suspiró
No me asustaba.
Ella era quién tenía la voz más aguda, y quién más desarrollada tenía su vocabulario.
Solía cantar nanas antiguas para poder dormir.
Aquel momento lo recuerdo bastante bien..
Lili salto al agua, aún teniendo un brazo escayolado. Salté detrás de ella..
Ojalá no haberlo hecho.
Solo conseguí atrapar un mechón rubio.. pero tenía sangre.
Comencé a expulsar el aire que tenía en la boca en cuanto vi a mi hermana comenzar a arrancarse sus propios órganos con los dedos.. La vi comerse sus entrañas.
Nadé rápido, se estaba haciendo daño, tomé su brazo.. y una mujer salió de las oscuridades. Escuché su grito aún estando debajo el agua, su mandíbula estaba destruida y caía sobre sus hombros y vientre.
Unos dientes afilados, una mujer sin ojos, pero con una gran boca en su barriga..
Lili comenzó a reírse mientras era devorada brutalmente por aquella bestia..
Vi como su cara se partía como una sandía, y su ojo salía disparado de su cuenca.. pero seguía riendo.
Vi sus articulaciones hacer movimientos bruscos y retorcerse ante aquella manera inhumana de comer..
Sus dedos se torcieron.
Lo último que pude escuchar fue un..
"Él está viniendo."
Mi miedo hizo que nadara rápidamente a la superficie, y para mí mala suerte aquella criatura me vio.
Al salir del lago.. Me arrastre con lágrimas en los ojos.
Comencé a correr.. miles de ojos aparecían alrededor mío.
La mujer me empezó a perseguir a cuatro patas..
Arquee mi espalda, sentía el aire de sus movimientos en mi nuca..
Mis lágrimas salían.
Salí del bosque, gritando a llanto puro.
—AUXILIO. AYUDA.
Me termine tropezando, y cayendo al césped que todavía me quedaba recorrer para llegar a la casa de mis padres.
Una bala atravesó el cráneo de la mujer, rompiendo más su mandíbula..
Giró su cabeza y resonaron los huesos de mi hermana, lo supe por que reconocí su voz ahogada en un grito.
—CORRE ANGELIN. —Gritó mi abuelo, con escopeta en mano. — NO DEJES QUE LA OSCURIDAD TE ATRAPE.
Asentí antes de levantarme y volver a correr..
El monstruo ahora se dirigió a mi abuelo.
Escuché gritos desgarradores, y luego pasos en el césped.
Venía a por mí nuevamente.
Salté a la luz tenue de la terraza que tenía la casa de mis padres.. escuché como se detenía.
Me arrastre hasta llegar a la casa, y nada más voltear mi mirada.. La vi detrás mio; con la boca abierta y sus pelos despeinados..
De la campanilla que asomaba, comenzó a sonar la voz de Lili.
"Hermano.. me duele.. "
Mi cuerpo temblaba, lloraba tanto.
La oscuridad era horrible.
El bosque era horrible.
El césped era horrible.
Ese recuerdo lo era más..
Al día siguiente encontraron el cuerpo de mi abuelo casi irreconocible, pero si algo tenía era una mandíbula muy..muy.. estirada.
Se encontró restos de cabello de mi hermana en el lago, más su cuerpo jamás se pudo localizar por muy profundo que fueran.
La oscuridad comenzó a darme miedo hasta el día de hoy..
Cada noche me aferro a mi esposo cuando esté apaga la luz.
Siento que me mira a través de nuestro armario, y a veces la siento detrás mío..
Sé que a mis hijos no le hará nada.
No sé cómo pero lo sé, al menos por ahora.
A veces siento que se sube a la cama y su respiración choca contra mis mejillas..
Mis lágrimas caen.
Pero agradezco cuando mi pareja aprende la luz y me acaricia la mejilla preocupado.
A pesar que le digo que es una pesadilla..
Sé que la luz le asusta.
Pero que esta ahí, observandome fijamente.
Siempre que mi esposo quiere hablar, le tapó la boca con una sonrisa, no quisiera que esa criatura tomará su voz.. Y mucho menos...
..que se convirtiera en él en cuanto apague la luz.
