Miraba con atención como sus compañeros, otros soldados finlandeses, atacaban sin piedad a los soviéticos.
La mujer yacía escondida entre los árboles, esperando al momento indicado para poder atacar, sin saber qué todos sus planes cambiarían radicalmente cuando el jefe del ejército la vio.–Mitä sinä täällä teet? Aurora. –Preguntó, con su típica voz ronca.
(¿Qué haces aquí, Aurora?)–Tulen taistelemaan. –Respondió con firmeza. (Vengo a luchar)
Los ojos llenos de superioridad del hombre, hicieron que la mujer, por impulso, tomará una arma de fuego y disparará a un soldado soviético que iba a atacar a su compañero. Inmediatamente el lugar del soldado finlandes fue ocupado.
–Olen 15-vuotias, olen nainen... Mutta olen yksi pätevimmistä tähän työhön, taistelen maani puolesta, eikä kukaan estä minua, et edes sinä! –Golpeó el suelo con aquella arma.
(Tendré quince años, seré mujer.. Pero soy una de las más cualificadas para este trabajo, lucharé por mi país y nadie me detendrá, ni siquiera tú.)
La tensión que se formó en ellos era muy pesada.
Mientras que se juraban muerte, Aurora escuchó quejidos de una voz conocida.– Hyvä on... jos haluatte tapella, annan teidän... Mutta kerro minulle, tappeleeko hänkin? –Preguntó el comandante, poniéndose a un lado con una sonrisa, dejando ver como sus soldados tenían atrapada a su hermana.
(Esta bien, si quieres luchar.. te dejaré. Pero dime, ¿ella también lucha?)
La rubia tan solo pudo abrir los ojos sorprendida, mientras que la peli-negra, con sus hermosos ojos dorados, aguantaba sus ganas de llorar con una gran mueca de culpabilidad.
Así fue como Aurora caminaba con una cara de enojo.
–Συγχώρεσέ με αδελφή... Δεν το εννοούσα. –Se excusó la menor de cinco años.
(Perdoname hermana, no era mi intención.)
– Σάρα, σου ζητήσαμε να μείνεις σπίτι για κάτι, και δεν δίνω δεκάρα αν ήθελες να δεις τον μπαμπά ή όχι! –Dijo enojada.
(Sarah, te pedimos que te quedarás en casa por algo, ¡y me importa un bledo si querías ver a papá o no! )
La pequeña frunció el ceño, antes de seguir gritando cosas en griego.
La discusión entre las dos hermanas alertó al grupo de finlandeses que se encontraban ocultos desde las alturas, entre la nieve, otra manera para combatir a los soviéticos.
Entre ellos se encontraba su padre, Simo Häyhä, el cual se levantó inmediatamente en cuanto le avisaron que sus hijas estaban en el campo de batalla.–AURORA, SARAH! MITÄ TEET TÄÄLLÄ? TULE TÄNNE HETI! –Gritó, enojado, el finlandes.
(AURORA, SARAH. ¿¡QUÉ HACEN AQUÍ?! ¡VENGAN AHORA MISMO! )
–Isä! –Gritaron a la vez, Aurora con nerviosismo y Sarah con alegría.
(¡Padre!)
Todo paso tan lento..
Su hermana corriendo hacia su padre..
Y ella, en shock, viendo como aquella bala atravesaba la mejilla de su progenitor.
Sus ojos se abrieron, su cuerpo se paralizó y mientras que su respiración se agitaba no supo cómo sacó las fuerzas para saltar sobre su hermana y, así, evitar las balas y disparos que comenzaron a tirar los soviéticos.
Tirada en el suelo, en posición fetal con su hermana entre sus brazos, solo pudo escuchar asustada los gritos de los compañeros de Simo.
Si tan solo… no se hubiera parado a discutir con su hermana, si tan solo hubiera sido más comprensiva.
Los llantos de Sarah como sus gritos de terror la asustaban más, ¿era esto..?... ¿la guerra?
La rabia se apoderó de ella, así que se sacó su chaqueta blanca para cubrir a Sarah antes de desenvainar su rifle y comenzar a disparar.
Sabía lo peligroso que sería ahora, ya que su camisa era negra y su chaqueta era su camuflaje.
No sabía a quién le daba, solo pensaba en su padre, y finalmente su imprudencia tuvo un precio.
Su brazo quedó destrozado en cuanto aquella bala explosiva le dio de pleno.