Ella siempre lloraba por la mínima cosa, desde que no sintiera el cariño que ella daba.. hasta que una oruga saliera de su cascarón.
Era tan pura, sonriente siempre que podia; a pesar de tener una salud más frágil que cualquier hielo."Siempre hay que disfrutar de la vida, ¿no? "
Esa frase siempre la decía con una sonrisa.
Pero mi idiotez la condenó."Sueños inocentes, mente vulnerable."
—¡Ya tengo un plan! —Intervino una rubia. — ¡Ya sé que podemos hacer!
—¿Ah si? ¡Genial! —Exclamó ilusionada la niña de diez años que se encontraba en la cama.
La hija de Ciro y Rubi, Luz, una rubia hermosa, siempre se juntaba con su mejor amiga; Luzthiel, hija de Alex y Gerū.
Luz se sentó sobre la cama, y estirazó un gran papel que pronto comenzaría a garabatear con un crayon rojo.—He estado leyendo teorías.. Y he sacado mi propia idea. —Decía feliz. — Mira, cuando seamos mayores... Tú tendrás un hijo con una gran bondad, y yo con un gran mal..
—¿Eh? No no.. Yo prefiero el mal.
—Pero, ¡eso te hará daño!
Luzthiel negó con una sonrisa mientras cerraba los ojos.
—Lo que me hará daño será verte mal a ti, Luz.. Así que confía en mí.
La mencionada hizo un puchero.. pero tan rápido como volvió en sí, prosiguió con su plan.
—Bien, como te decía.. Yo iré con una bondad y tú con una maldad. Al hacerlo, seremos madres de sus hijos... Y cuando nuestros niños crezcan, les haremos tener un niño... ¡Y al hacerlo! Se creará nuestro tratado de paz.
—¿Tratado de paz? —Decía curiosa.
—¡Así es! Un bebé el cual no será ni del cielo, ni del infierno.. Pero será lo suficientemente poderoso para detener cualquier pelea. ¡Y tendremos la paz mundial! Como seremos nosotras sus abuelas, pues nos empezaran a respetar... —Bajo la mirada. — Mi mami jamás tendrá que pasar miedo de nuevo.. Y será respetada como se merece. .. Al fin.
La pelirroja, al ver su mueca triste, tomó sus manos con una dulce sonrisa.
—Y mi tía Milenka volverá al Olimpo, dejará de estar vetada.. ¡Seremos todos felices!
Aquella última frase, hizo que Luz se pusiera alegre.
Juntaron sus dedos meñiques, prometiendo...hacerlo.Ella era tan sensible.
Una discusión se desataba.
—¿Qué no me prestas atención cuando yo sí lo hago? ¡Pues búscate la vida! Yo no tengo por qué estar perdiendo tiempo en mostrarte mis ideas para luego solo escuchar las tuyas. —Se quejó Luz, pero antes de proseguir escucho un llanto.
Sus pasos se guiaron solos hasta una esquina de aquella clase.
Luzthiel estaba abrazando sus piernas, llorando.
—¿Luzy? —Se agachó, preocupada.
—No me han escuchado, y yo si lo hice.. —Se trataba de limpiar las lágrimas. — Sé qué debería saber que no me darán jamás lo que yo les estoy dando, que tal vez ese no era mi momento de brillar y estoy siendo una egoísta.. Pero se siente tan mal.. ¡No tengo a nadie para contarle sobre mis cosas! —Lloró.
Luz esbozo una suave sonrisa antes de sentarse a su lado, y luego abrazarla con un brazo.
—Sí nadie te escucha, yo lo haré. —
