Una música lenta comenzó a sonar.
El chico que le gusta estaba justo a su lado, su corazón iba a mil.—¿Quieres bailar? —Ofreció el italiano.
La mujer aceptó de inmediato...
Estaban medio borrachos, pero las sonrisas jamás fallaron.
Se miraban a los ojos, fijamente, mientras bailaban de manera lenta.. El muchacho rodeaba su cintura con un brazo y con el otro le levantaba la mano.
Uno de los brazos de la mujer se apoyaba en su hombro.—Deberías visitar Finlandia y Grecia... —Finalmente, luego de largos segundos, habló la muchacha. — Son los países de mi origen.
Eileen sonrió.
—Claro.. entonces también deberías visitar Londres.
—¿Es por parte de tu madre?
—Sí. ¿Y tú? ¿De qué país son tus padres?
—Mi padre de Finlandia.. —Murmuró, antes de tomar unos segundos.. — Mi madre de Grecia...
—Ya veo.. —Ambos se miraron, y se sonrieron.
Siguieron aquellos pasos lentos y ligeros..
—¿Qué es lo que más te gusta de Italia?
Sarah se tomó unos segundos para responder...
No sabía si sería lo correcto, pero lo dijo.—Tú.
Su baile se volvió más lento..
—¿Yo? —Preguntó el peli-rojo, algo sonrojado..
La peli-negra asintió mientras se ponía de puntillas..
El hombre se inclino lentamente.
Se detuvieron a unos centímetros.. dudando si en lo que hacían estaría bien.
Pero sus cuerpos respondieron de inmediato, comenzando un beso apasionado.Sus labios se entrelazaban a la perfección mientras que las manos ajenas se deslizaban por el cuerpo del otro.
El hombre la sentó, de manera suave, sobre la mesada de la cocina, para que posteriormente sus lenguas danzaran.
La mujer le aferro a ella, abrazandole por el cuello.En sus alientos había cierto aroma al alcohol tomado, y la atracción que se llevaban hace tiempo.
Sarah se tumbo lentamente sobre la misma mesada en la que estaba, mientras que Eileen aprovecho para dejar suaves besos en su cuello mientras se ponía entre sus piernas.Sentir aquellos labios ajenos la hizo aferrarse más..
Pero a la vez cobrar consciencia.<<¿Qué estoy.. haciendo? ¿Me enamore del hermano mayor de la chica que trato de salvar..? ¡Peor aún, del hijo mayor de mi cliente! >>
Soltó un leve suspiró, y en ello el contrario también volvió en sí.
Se separó con cuidado, y avergonzados se miraron a los ojos..—Se hizo muy tarde.. creo que..eeh..—Se excusó el joven.
—Oh, eh, ¡Sí! Dormir.. es necesario.. —Le siguió el juego la mujer mientras se sentaba de nuevo.
Se separaron completamente, y con una sonrisa se despidieron..
<<buenas noches>>
Aunque, ninguno de los dos pudo conciliar el sueño debido a lo sucedido.
Al día siguiente, no se podían mirar a la cara sin sonrojarse.. lo que hacía extrañarse demasiado a cierta mujer, Astrid.