Dime, ¿cómo te conocí? (Perspectiva Sora)

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No lo sabía con certeza.
Tampoco quería hacerlo.

Pero era su deber.

Camino en silencio frente el escenario, donde tantas personas la mirarían y con puñales en mano esperarían.. sus mentes juzgantes.
Sus recursos necesariamente banales.

Mierda, ¿dónde se estaba metiendo?

Rusia.

Sora, hija menor de la familia de Tesla y Dayane, presentaba con precaución cada uno de sus inventos.
A pesar de que su inglés era algo pobre, trato de expresarse lo mejor que pudo.
No obstante, había algunas palabras que sin querer le salían en español..

Algunas personas reían, otras miraban asombrados, mientras que otras pensaban que aquella mujer croata era de España.

Luego de aquella corta presentación, a comparación de todo lo que debía mostrar, ordenó apresurada y torpemente sus cosas antes de bajarse del escenario con rapidez.

Respiraba agitada, apuntó de llorar, y negando haber hablado para tanta gente.. trató de tranquilizarse poniéndose debajo de una mesa, como su madre solia hacer.

Como siempre, luego de unos largos y dolorosos minutos, se disponía a escribir sobre una pizarra.
Apuntaba fórmulas que solamente ella comprendía, ignorando todo a su alrededor..  incluso el sonido de aquellos tacones....

Al escuchar tocar la puerta, dijo por costumbre: "Adelante"
Cuando en realidad solo prestaba atención a la tiza.

—Disulpe las molestias..  —Escuchó una voz femenina tras de ella.

La inventora pegó un salto mientras sentía su piel ponerse de gallina.
¿Alguien había ido a hablarle? ¿Por qué?

Sentía como su pecho se comprimia en cuestión de segundos. Su respiración se volvió errática mientras que todo empezó a dar vueltas.. finalmente, a duras penas, consiguió calmar sus emociones y mirar a la femenina.

—¿Sí? —Preguntó con un hilo de voz..

La hermosa rubia que estaba delante de ella sospecho pero decidió no tomarle importancia.

—He contemplado su exposición, he de decir que sus inventos me han atraído la curiosidad. —Hablaba de manera educada, mientras que la contraria sentía que sus manos temblaban. — ¿Me podría explicar mejor como funciona todo? —

Sora le miró en silencio, y algo sorprendida se señaló.

—¿Mi exposición? ¿Te interesa mi..? —Preguntó antes de asentir suavemente. — C-Claro.. —

Buscó por los lados una tiza la cual ya tenia en la mano.
Milenka analizó minuciosamente las acciones de la mujer, viendo como sus manos temblaban mientras hablaba para , desconcertada, atreverse a preguntar.

—Lamento mi interrupción, señorita, pero ¿se encuentra bien? Sus manos no han detenido su temblor.. —

—¿M-Mis manos? ¿Y-yo? ¡P-POR SUPU- —No pudo acabar su frase antes de que en un mal movimiento cayera al suelo.

Y que de la fuerte caída, consigo traeria un cubo de agua la mojaria.
La rubia se asustó, pero inmediatamente se acercó a ella y le estiró la mano, manteniendo aquella elegante compostura y su belleza.

Esa escena se repetía constantemente en su cabeza, mientras que se situaba sentada y mirando el suelo de aquel bús.

Su vergüenza era tanta, que en su cara ya se notaba una sonrisa forzada.
Su ropa húmeda y el pulóver de la rusa sobre ella, puesto que a cierta joven científica se le olvidó traer ropa de repuesto.

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