Grecia

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"Bajo la luna, tus ojos se aferraron a su palidez."

Esa frase era su favorita.
Su madre, luego de esas palabras, siempre le cantaba "Hijo de la Luna", signo de un gran amor.

"No te preocupes por mí, mi bella Grecia."

La echaba de menos, pero sabía que mientras ella residiera en los calabozos de su padre... Debería esforzarse el máximo para sacarla de allí.
Se vestía como su progenitor quería, la triste verdad era que Antifrite solo la trataba bien delante de su rey, si no, la trataría por lo que es.. una bastarda.

Caminaba frente aquella fluvial lluvia, más de una vez le encantaba flotar en aquella agua para perderse en sus sentimientos..
El mar le susurraba cosas, le contaba historias, y más de una vez escuchaba sus gritos.
En una de aquellas leyendas, recobró recuerdos de su vida pasada.

Las criadas peinaban su pelo de manera delicada.

—Yo nunca fui abusada por mi padre, ni vendida por mi madre. Antifrite jamás me trato tan bien. —Pensaba. — Fui tratada con respeto, una bastarda con madre noble la cual vela día y noche, soportando abusos de mi padre solo por mí. A todos le da pena ver a mi madrastra haber sido engañada, pero ¿cómo explicarles..—Miró a un lado, fijando sus ojos en aquella sirena la cual jugueteaba con una corona. — ... que ella está aquí nada más por el oro? —

"Haz tu juramento."

Un juramento que siempre me hace hacer.

"No conspirare ni peleare contra usted, Antifrite, reina del mar. Soy no más que una simple bastarda, comprenderé mi lugar y no estorbaré."

Es lo que siempre respondo.
Me acerqué a mi padre, con gran ilusión al bajar las escaleras.
Me senté a su lado, y tomé sus manos.

—Padre, padre.. —Llamé por completo su atención. — Tuve otro recuerdo..  —

—¿Ah si? —Me miró antes de acariciar mi cabeza. — Cuéntame, rápido antes que lleguen los invitados. —

Por eso lo prefiero a él.
Lo más seguro es que Antifrite me hubiera pegado una bofetada, o en el mejor de los casos, simplemente denigrado y humillado, con la palabra "loca" en sus labios.

—¡Qué suerte la mía! Antes tenía un hombre tan hermoso...Con unos ojos igual de lindos. Unos labios sabrosos, incapaz de no caer en su encantos... Era increíble. Su pelo negro, sus músculos, su cruz.. —Describí al hombre de mis sueños, con una gran sonrisa.

—... ¿Hablas de Lin? —Me sorprendió. — ¿Tu primo? —

...
La mueca de aquella semi-diosa cambió rápidamente, su vergüenza cubrió su cara pero antes que Poseidon pudiera seguir con su charla..Hades tocó la puerta.

"Será una cena aburrida de dioses."

Pensé mientras guardaba mi compostura, dispuesta a mostrar una faceta digna de una hija de Poseidon..
Pero mi desdén se hizo al verlo entrar...
Era mil veces más hermoso en físico que en mis sueños, aunque mis piernas respondieron solas, dirigiéndome a la cocina.

Durante aquella quedada tan aburrida, desviaba constantemente las miradas que me dedicaba aquel hombre.. Parecía o que sabía algo o que yo era muy evidente.
Terminé con agilidad mi comida, y usando de excusa ir a dejar el plato, pude abandonar aquel incómodo ambiente.

—¿Estás bien? —Preguntó aquel muchacho, apoyado en el marco de la puerta donde pasé antes. —Pareces evadirme. —

Grecia se giró con cuidado, antes de negar manteniendo su expresión seria.

—No es nada, Lin. —

El peli-negro levantó una ceja al ver el sonrojo de la contraria.

—¿Sabes? Grecia..  a mi no me importaría casarme de nuevo contigo. —Se giró.

La muchacha, incrédula, sintió como su corazón estallaba de ilusión.. así que no vaciló otro segundo más y tomó su mano.

Sus labios se abrieron, y prometieron más de diez mil promesas de amor antes que se conectarán, sellando aquel beso.
Decidieron mantener aquella relación en secreto, a ocultas de los demás...

Y todo iría bien, hasta su primer hijo..  (se vienen cositas)

_-Yumi-Lathrtrid-_

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