Capitulo 1

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Ashley

Aquí estoy de nuevo, empacando para otra ciudad; mi madre suele cambiar su lugar de trabajo una y otra vez, qué más da, lo único que me consuela es que veré a Vanessa, mi mejor amiga, ella se mudó a este lugar antes que yo, su padre la separo de mi por dos largos años y ahora podré verla en esta escuela, era algo de lo que estaba emocionada.

—no tengo hambre mamá, ya desayunare algo en la escuela.

—si no comes, no sales de esta casa, señorita.
Como siempre, mi madre y su autoridad súper protectora, se había vuelto padre y madre desde que papá había tomado otro rumbo y se había marchado.

—vale, vale.

Rendida, comienzo a probar los huevos revueltos que ella había preparado para mí, escuché el sonido de mi celular, era un mensaje de texto de mi amiga diciendo que ya no podía esperar para verme, eso me emocionó mucho más; trate comer lo más rápido que pude, pero no tenía apetito, me levante de la mesa y le di el resto al perro sin que mamá se diera cuenta y me encaminé a la puerta.

—Bye mamá.

Besé su mejilla y me disponía a salir de la casa.

—¿Segura que no quieres que te lleve?
Mamá decía con cara de preocupación.
—solo es la escuela, vamos, no me pasará nada.

Dejé una sonrisa antes de salir huyendo de la casa, subí a mi bicicleta y manejé, divisé atrás y vi que mamá aún me miraba, cuando di vuelta a la esquina aumenté la velocidad, el aire golpeando mi cara me hizo sentir libre. Llegué a la escuela donde había un montón de chicos y chicas como era de esperarse, unos haciéndose bromas y otros perdiendo el tiempo solo hablando, llegué a la entrada y sujeté mi bicicleta a un tubo de acero que estaba en horizontal asegurando las demás; recibí otro mensaje y era Vanessa, "me gusta tu blusa" escribió.

—¿Eh?

Me giré para buscarla, pero cuando me di la vuelta, ella ya estaba sobre mí dándome un fuerte abrazo, cuando reaccioné, igual la abracé lo más que pude y comencé a reír.

—¡Hey!, acabas de asustarme.
Ella se separó de mí y sonrió, hace mucho que no veía su sonrisa.
—Lo siento, esa blusa de verdad me gusta.
Dijo y sonrió, guardó su celular.
—Vamos tenemos tiempo para que te enseñe como es la escuela y tengas algo de recorrido en ella, no es complicada te vas a familiarizar completamente, ese de haya es mi salón-
—Cool.

Fue la palabra que se escapó de mis labios.
Caminé a su lado mientras la oía, nos dirigimos a la entrada y Vanessa tenía razón, la escuela se me hacía algo parecida a mi antigua escuela, es decir, los salones, el tipo y la forma en que eran acomodado alado del pasillo era parecido, caminamos un buen rato mientras Vanessa me mostraba los baños y el cuarto de música.
Íbamos platicando en la sala de básquet cuando mi vista fue llamada por muchos jóvenes que jugaban en ese momento, pero en especial uno entre ellos, el dueño de los ojos aceitunados, una hermosa melena rubia, era alto de piel muy blanca, acaba de encestar en aquella canasta gigante mientras los demás ardían con algo de coraje.

—¿Son muy guapos?-

Dijo Vanessa y sonrió al verme distraída hacía aquella dirección.

— gracias por ponerme atención- me codeó. -acabo de estar hablando sola por 20 segundos. 

—¡no, no, perdón! Solo me distraje un momento, cuéntame más.
La miré y sonreí, Vanessa comenzó a reír.
—tranquila, tranquila, la verdad no dije mucho, ¡ay, me alegra que estés aquí!, me hacías mucha falta.
Sonrió, le devolví el gesto amablemente.
-ya sé, tu igual me hiciste falta a mí.
Dije con una sonrisa, se notaba que Vanessa estaba más que encantada porque me estrujó muy fuerte sin que pudiera reaccionar.
—pero, si me rompes los huesos ya no podremos volver a hablar ni me darás este recorrido.
Vanessa comenzó a reír y me soltó, nos sentamos en una de las bancas del patio.
—quizás no se me haga tan difícil.
—Cuando supe que ibas a venir, de verdad me emocioné mucho, ¿cuál es tu salón?
Me preguntó de pronto, pensé un poco y entonces pude contestar.
—12A, creo que es en el segundo piso, si no mal recuerdo
Vanessa se emocionó.
—¡esta junto al mío!
Su brazo rodeo mi cuello y me estrujó, comencé a reír, yo igual estaba emocionada y mucho, escuchamos sonar el timbre de lo que era el momento de ir a clases, para mí, mis primeras clases.
—pasaré al baño, tengo que hacer algo.
—bien, pero no te tardes, es tu primer día.
Dijo y siguió caminando.
—ya lo sé.
Sonreí, entré a lo que era el baño de niñas y desabotoné mi blusa, maldita varilla del sostén, me estaba causando dolores, se la jale como pude y la tire al bote de la basura
—los brasieres no deberían tener eso, son un arma mortal.
Murmuré viendo la parte de en medio de mi pecho que estaba muy roja, la puerta trasera del baño se abrió, pero no le tome mucha importancia, levanté la vista y ¡Oh, por Dios!, Había un chico en el baño de mujeres, me quedé estúpida y petrificada, no solo había un chico ahí, yo tenía la blusa abierta enseñando perfectamente mis escasos atributos, cerré mi blusa y me giré, el chico pareció extrañado, pero sonrió.
—¿problemas con el brasier?, son algo molestos.
Dijo y se acercaba, no sé si a mí o al lavabo, pero mis mejillas se encendieron como unos faros enormes, tomé mi mochila y comencé a pegarle al muchacho.
—¡degenerado pervertido! - grité.
—¡¿te volviste loca?!
Fueron las palabras que salían de la boca del pervertido aquel que se escudaba con su antebrazo recibiendo los golpes mientras retrocedía e iba saliendo del baño.
—¡pervertido, largo!
Salió fuera del baño y cerré la puerta, Dios mío, que me trague la tierra, ¡¿ese chico estaba en el baño?! espera... ¿este era el baño de mujeres? o quizás ¿me habré equivocado por el de los hombres?, ahora tenía más vergüenza, ese chico me vio, y yo me equivoque de baño y aun así lo saque a palizas, pero se lo merecía, sí, claro que sí; corrí al lavabo muy rápido y tome mi mochila, la volví a dejar en su lugar para abrochar mi blusa, tomé mi bolsa y salí huyendo de ahí, ni siquiera voltee a ver si me había equivocado o no de baño ya no me importaba, de todos modos, no había nadie cerca, así que nadie me vio salir, salí corriendo hacia el salón...

VELKANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora