Capitulo 5

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Velkan.

Ni siquiera debería molestarme en hacerle favores a la gente, pero, definitivamente a esa chica le debía un gran favor.

— ¿Entonces... cuento contigo? — presionaba esa voz detrás de mí, Vanessa era una de las pocas personas con las que entablaba conversaciones, yo me lavaba las manos para luego tomar una servilleta de papel.

— Vale, ahora si no te molesta debo cambiarme de ropa-me gire para verla a la cara mientras me recargaba un poco en el lavamanos.

— si quieres mirar por mí no hay problema — la chica rodó los ojos.
— se amable con ella, te lo advierto — dijo y salió del baño.

¿Ser amable?, ¿Acaso era una niñera?, comienzo quitándome la camisa, busco entre mi maleta la camisa con la que salí de casa, me la pongo y guardo lo que era el uniforme de trabajo, salgo de ahí con la mochila al hombro y cruzo el callejón del baño, volví la mirada y luego busque dentro, pero ni luces de aquella chica, camine fuera del lugar para marcharme.
» Un peso menos para mí, caminé rumbo al estacionamiento y ahí estaba, pude ver a la menor de espaldas y suspire un poco pesado, miré mi reloj ya casi venía a recogerme mi padre así que avance hacía ella, mientras más me acercaba a ella la escuche hablando sola, al principio pensé que hablaba por teléfono, pero no, me rasca levemente la nuca y me acerque a esa chica hasta llegar a ella.

— ¿También hablas con fantasmas? — La chica se sobre salto y volvió su mirada, estaba asustada me miraba con algo de miedo y desconcierto, nerviosa.

— no te estoy siguiendo, tú amiga me pidió que te llevara a casa.

Aún me estaba mirando como si hubiese visto aun fantasma, estaba muda.

— si te molesta no hay problema, yo no...
— lo siento — me interrumpió disculpándose por algo.
— ¿Por qué? — me pare a su lado y mire mi reloj.
Ella se quedó un momento sin decir nada, un momento incómodo que odie, odiaba esto de la gente, por eso no solía ser sociable... esos conflictos mentales en la gente me molestaban.

— por golpearte en el baño, yo... no sabía...— se detuvo, pude escuchar que tragaba saliva y suspiré un poco.
— reacción por inercia, ante situaciones como esas — dije sin mirarla.
— me re-refiero a.... — sentí que su voz tartamudeo un poco, no sabía que le pasaba, pero creo que ni ella misma lo sabía.

— como dije antes, nadie nace sabiendo, no soy muy femenina...— pude notar que sus dedos comenzaban a jugar nerviosos ante mi confesión, quizás la estaba incomodando con mi forma de ser, no sé, no sé cómo piensa una chica como ella.
—...suele eso confundir a las demás — terminé mi frase, el claxon de una bocina me hizo quitar la vista que antes había puesto de reojo en la menor, era mi padre que pasaba a buscarme en su camioneta.

Papá abría la ventana de la puerta del acompañante y mi canina se asomaba por ella, me acerque a la ventanilla.

— ¿Podemos llevar a esta chica a su casa? Quiero cumplir un favor.
— claro, que venga- dijo papá y no me quedaba de otra.
— ¡Hey! — la llame, al parecer había roto una burbuja en la que estaba perdida, porque me miro rápidamente algo sorprendida, ¿puede una persona ser tan despistada?, Ahí estaba odiando su forma de ser otra vez, le hice una seña con la mano de que se acercase y pareció a verla entendido, camino hasta mí, le abrí la puerta, ya era una costumbre mía hacer eso, ya estaba en automático trataba a mis primas de esa manera caballerosa.
La chica se subió.
— sube con ella, traigo a Nina aquí adelante, dudo que quiera darte su lugar.

Esta apunto de correr la puerta cuando mi padre me dijo aquello que no se podía evitar, no dije nada y subí sentándome en la silla justo a lado de la menor.
Me asome por la ventana, una gota de lluvia cayó sobre el espejo y después un montón las acompañaban.
— ¿Por dónde vives jovencita? — papá comenzaba a arrancar el motor y avanzaba mientras miraba de reojo a la menor al preguntar.
— ah... calle Ebenezer #318... —guardo silencio de repente, supongo había olvidado la colonia donde vivía, tenía suerte que aquella chica me dijera la dirección antes y yo una memoria fotográfica que solo tenía cuando le ponía atención a algo, supongo me lo debía.
— vive en nuestra colonia — le dije y papá hecho un vistazo atrás mientras se detenía en el semáforo.
— entonces tenemos vecina nueva — Papá sonrió, la chica le devolvió la sonrisa.
— No sabía que su... hijo... es decir...— hubo un momento incómodo y papá comenzó a reír.

— también vivimos por ahí, calle Fresnos #327 ahí tienes tu casa.
— gracias, Señor.

La menor parecía avergonzada por referirse a mi como niño, pero papá ya estaba acostumbrado a eso, volví la mirada de vuelta a la ventana, no era como si odiara a esa chica, pero papá siempre era tan amable con las personas que me buscaban o se acercaban a mí solo para saludar, ya estaba en los genes la amabilidad.

— supuse que eras nueva por aquí, velkan no suele traer a muchos amigos — papá estaba soltando la lengua.
— Es amiga de Vanessa, me pidió de favor que la llevara a su casa.

Note que la chica me miro y luego miro a mi padre.

— ¿Vanessa? esa chica es muy sociable — estaba seguro de que mi padre quería lanzarme una pedrada.

— así es señor... es usted muy amable —no sé por qué sentí que quería darme esa indirecta, le volví la mirada y ella aparto la suya de la mía. Parecía que mi padre y ella estaban haciendo un complot entre ellos y no me invitaban.
Llegamos hasta la calle de la menor y ella nos pidió que la dejáramos antes de llegar frente a su casa, papá toco el calxon y yo me baje rápidamente por que la chica ya casi estaba sobre mi con un pie en el suelo, quizás tenía prisa.

— muchas gracias, señor, es muy amable — agradeció la menor por fin mostrando una sonrisa que no le quedaba nada mal.
— de nada pequeña ve con cuidado- papá se despidió y yo subí a la camioneta, tomé la puerta para deslizarla.
— gracias Velkan- volví la mirada a la menor que ya me daba la espalda mientras el motor del auto era encendido y cerré la puerta, no creí que le hubiera dicho mi nombre, fue lo último que pensé.

VELKANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora