Capitulo 29

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Al día siguiente como lo había dicho ella, no había ido a la escuela, Velkan tuvo que tomar las clases mientras pensaba algunas cosas así que igual estaba distraída, aunque no podía evitar estar preocupada por la chica.
Cuando llego la hora del almuerzo, Vanessa salió de su salón para ir a buscarla, a la cual encontró jugando baloncesto sola.

— Velkan, ¿No vino a la escuela verdad? siempre nos venimos juntas, pero ahora no apareció. —

Preguntaba su amiga, la chica rebotaba una vez más la pelota y encesto en la canasta para luego atrapar la pelota de vuelta y acercarse a su amiga.

— Me dijo que no iba a venir, parece que su mamá se opuso a que hoy tomara las clases. —
— ¿Qué?, ¿Por qué las vio besándose? — pregunto asombrada.
— al parecer — asintió, mientras tomaba una botella de agua para después beber ella.
— pero si no vienen le van a poner falta — Vanessa se cruzó de brazos.
—le pregunte al director y parece que su mamá la reporto enferma. — se sentó en una de las bancas.
— Ay, carajo, voy a tener que ir a verla— dijo Vanessa algo preocupada.

Velkan observaba su botella de agua pensativa y después la destapo para beber un poco más.

—Oye, todo va a estar bien ¿ok? — agregó Vanessa mientras miraba a su amiga.
— Esta bien— dijo cuando dejo de beber.

Vanessa se despidió, la chica prefirió quedarse en la banca para después seguir jugando un poco, quería quitarse un poco el estrés, que, aunque no lo demostraba estaba preocupada.

Tenía la última clase libre, así que salió algo temprano, miró su teléfono pues había decidido mandarle un mensaje a ella ese día, pero este no había sido recibido, quería hacerla sentir segura, aunque ella no estuviera presente.
Cuando salió del colegio decidió caminar para ir a su casa, se tomó todo el tiempo que tenía mientras pensaba, se cruzó con la cafetería donde una vez a aquella chica de la que se enamoró y ella habían entrado a beber una taza de café, sonrió recordando el momento mientras miraba desde la cera por la gran ventana de cristal.  

Cuando llego a casa, una linda can la recibió, la lleno de cariños y apapachos, entró junto con ella a la casa, su padre se encontraba en la sala viendo la televisión.
— ¿saliste temprano? — pregunto el padre mientras se giraba un poco en el sofá para ver a su hija que aún lidiaba con el can que estaba feliz.
— la maestra de literatura fue a su cita médica, así que nos dejaron salir a la ultima hora— contesto a su padre y suspiro un poco, luego subió a su cuarto sin decir algo más pues estaba distraída.

Llegando a su cuarto dejo la mochila sobre en la cama, se sentó a lado de ella para poder ver su teléfono, noto que el mensaje que había mandado aún no llegaba a su destino, se dejó caer en la cama, miraba al techo detenidamente, cerro los ojos para soltar un suspiro pesado y luego los abrió de nuevo, tomo el teléfono cuando sonó la alerta de mensaje, era Vanessa.

Vanessa:
Estuve en su casa, ella está bien, su madre le quito su celular, está realmente exagerando, al menos a mí su madre no me dijo nada, pero Ahsley y yo comimos en su cuarto.

Velkan:
Gracias, realmente estaba preocupada, me alegra que hayas estado a su lado.

Vanessa:
Tú estarás también a su lado, ya verás.


Se quedó observando aquel mensaje, lo deseaba, deseaba estar con ella en esos momentos, abrazarla y protegerla, pero también pensaba que si tal vez ella no fuera como es ahora y hubiera nacido en otro cuerpo, algo como esto no estaría pasando, por primera vez, después de la muerte de su madre no había sentido tanto miedo como ahora, el que su madre la hubiera dejado fue un dolor que siempre se había quedado con ella, aprendió a recordarla con alegría y ocultar sus lágrimas, lagrimas que al final derramo en el cementerio aquel día, no podía creer que su forma de amar podría molestar a una persona y lastimar a otra, también le llegaban algunas otras dudas que no podía evitar.

Vanessa:
Te quiero amiga.

Vanessa manda un último mensaje pensando en que su amiga estaría distraída.

Velkan:
También te quiero.


Mando el último mensaje dejando después el celular en la cama, Vanessa de verdad quería animarla, se sentía agradecida de tener una amiga como ella.
Bajo a la cocina y busco en la alacena la caja de su cereal favorito, calentó un poco de agua en la cafetera y se preparó una taza de té verde, cuando terminó, camino al pórtico de la casa y se sentó en una banca de madera acojinado por un colchón que podía balancearse como un columpio, dejo el té cerca de la mesita que estaba a su lado, comenzó a comer un poco del cereal sacando las frituras con la mano, miraba los autos en la calle, a la gente caminar, las luces de las casas y los postes de luz, en la realidad solo quería distraerse un poco.
Su padre que estaba en la sala viendo su programa favorito noto que estaba muy callada, se le hizo extraño, eran raras las veces en que su hija se sentaba ahí a esas horas a pensar, siempre que lo hacía era por que algo le estaba molestando, se puso de pie y se acercó para saber si estaba bien.

— ¿Qué sucede cariño? ¿todo bien? — pregunto mientras se sentaba en una de las sillas que estaba frente a ella.
La chica suspiro un poco mientras pasaba bocado
— estoy bien... lo que pasa es que... — pensó un poco antes de contestar.
— La mamá de Ahsley nos vio besándonos.
El padre se sorprendió un poco al escuchar la confesión de su hija, pero luego se preocupó por ello.
—¿frente a su casa? — La miró. Su hija negó.
— El día del baile, ella y yo nos salimos antes de que todo terminara, queríamos estar solas un momento, algunos compañeros estaban haciendo desastres, caminamos a la parte trasera y nos besamos. — se quedó pensando un poco.
— Pero la mamá de ella, ¿cómo estaba ahí? la fue a buscar, ¿el baile aun no terminaba, ¿no?
volvió la mirada a su padre.
— también estaba pensando en eso, pero creo que ahora es lo de menos, no sé si alguien se lo dijo o que sucedió, pero lo que me preocupa es, que su mamá no la dejo ir a la escuela, le quito el internet para comunicarse hoy, su hermano le había prestado de sus datos, pero hoy no le llegan los mensajes. — tomo un poco de la taza de té y bebió.
— Bueno supongo que su madre tiene cosas de que hablar con ella. — trato de animarla un poco.
— sí, pero ya sabes de que tema están hablando y su madre por cómo me miro, no creo que le guste mucho. — miro a su padre algo desanimada.
— ¿crees que sea buena idea si voy a verla mañana? no quisiera que su madre se enojara más de la cuenta, Vanessa fue a su casa, espero que mañana me cuente un poco de todo. —
— Considero que debes esperar un poco, seguro que tiene mucho que decirle a su madre — comenta mientras coloca sus codos apoyándolos en sus rodillas mirando a su hija.
—¿Qué opinas tu papá? que tu hija está enamorada de una chica tan extraordinaria. — pregunto.

El señor Davalos se incorporó en la silla para recargar su espalda en el respaldo de esta, después de eso se puso de pie para sentarse alado de su hija en el sillón. 
— Sabes que yo voy a apoyarte siempre, no te voy a mentir que he tenido miedo sobre los prejuicios que tiene la gente sobre los gustos como los tuyos, tengo miedo de que seas herida y que también no seas correspondida, pero si tú quieres luchar hija, tu padre estará aquí para apoyarte siempre. — paso su brazo detrás de la espalda de su hija y la atrajo él, su hija se recargo en su pecho.
— Gracias papá — dijo en un tono suave, cerro sus ojos con una sonrisa en sus labios.
— de verdad me gusta, de verdad la quiero, significa mucho para mi tener tu apoyo. — correspondió el abrazo ajeno.
— siempre vas a tener mi apoyo, siempre — dijo el padre para luego darle un beso en la cabeza a su hija.

Hace mucho que no pasaba ese tipo de tiempo intimo con su padre, Velkan se había vuelto muy independiente desde que sucedió la tragedia, se había encerrado en su mundo de perfección, no se permitía llorar y no se permitía perder, la única vez que había perdido contra alguien fue con Evan y  fue ese día en la carrera de caballos, ella tenía miedo de volver a montar, su madre había sido una gran jinete y ella no se sentía capaz de ocupar su lugar o si quiera intentarlo, retomarlo la hizo sentir muy mal, después de la insistencia de su primo, ese día se puso nerviosa, se sentía sofocada porque era muy difícil para ella, Evan su primo ni siquiera le entendía, no entendía que a veces tenía pesadillas, que había trago sus lágrimas a escondidas por tres meses, meses en los que  incluso muchas veces le costaba pasar bocado, se la había pasado todo el tiempo presionando y presionando hasta que cedió de mala gana y ese día perdió, pero para ella no fue una derrota, fue un desahogo, porque al final de cuentas Evan dejo de perseguirla, así que eso la hizo sentir que el hecho no ser perfecta aunque sea una vez, la hacía sentirse más libre, más plena, no odiaba a su primo, quizás le guardaba rencor, sabía que él también tiempo después paso por el mismo duelo que ella, así que no podía quedarse en la hacienda y tenía que salir de ahí, tenía que luchar ella sola con toda la carga, le atormentaba el hecho de que no pudo despedirse de su madre.


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⏰ Última actualización: Mar 18 ⏰

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