VELKAN

Capitulo 9

Velkan

Me levanté sin el despertador me reúse a abrir los ojos, la cama me pedía a gritos que me quedara envuelto entre las sábanas tan suculentas y exquisitas, un olor a lavanda llego hasta mis narices, suave, agradable... era un aroma que ya había olido antes en aquella persona, mis ojos se abren, pero aún están renuentes a querer despertarse, unos brazos rodean mi cintura y veo una silueta, lindas curvas, cabellos dorados... ¿cabellos dorados? Abro los ojos como platos y veo a mi prima mirándome atentamente mientras me levanto, me voy hacía la orilla de la cama y siento como mi espalda se da un golpe sobre el frío piso.

— woah! — me quejo al a ver caído de la cama, escucho la risa de Iliana.

— buenos días dormilón — ella siempre se refería a mí en masculino, pero era algo que poco me importaba.

— buenos días — acaricié mi nuca y me puse de pie, había olvidado que ella se había quedado a dormir y que el cuarto de visita lo ocupaba mi primo, así ella se había quedado a dormir en el mío.

— ¿perfume nuevo? — le pregunte mientras me dirigía al baño.

— ¿nuevo?, pero si me lo pongo desde hace años. — camino Iliana tras de mí y entro al baño mientras yo llegaba al lavabo y tomaba mi cepillo de dientes.

— ah, ¿Sí? — le puse pasta a mi cepillo — no recuerdo que lo haya olido antes. 
— pensé un poco —lo olí ayer pero no en ti, no recuerdo donde.
— comencé a cepillarme mientras ella me miraba ahí parada con cara de dolida.
» terminé de cepillarme y ella seguía ahí de pie, se cruzó de brazos.

— solo digo la verdad, soy sincera contigo — deje el cepillo en su lugar.

— lo oliste de ella, ¿no es así? — dijo de pronto.

— ¿Quien? — pregunté al no entender lo que decía o a donde quería llegar.

— hablo de esa mocosa estúpida, la tal Ahsley, ¿te gusta? — parecía muy enojada, comencé a reír, no podía creer lo infantil que era.

— en primer lugar, no le digas mocosa estúpida, ya que no la conoces — comente viéndola.

— oh, ¿la estas defendiendo? ¿Te gusta verdad? — ahora estaba más molesta.

— no me gusta, pero el que no me guste no quiere decir que voy a dejar que le digas estúpida a alguien que ni te atreves a conocer.

Salí de baño y antes de que me pidiera decir algo, baje a la cocina, papá ya estaba de pie y tomaba una taza de café, llegue a la cocina y comencé a cocinar algo para desayunar, freí unas tortillas para luego freír unas rebanadas de jamón y ponerlas sobre la tostada frita, puse un huevo estrellado también sobre ella con la yema bien cocida como a papá le encantaban y agregue una salsa cacera de tomate, cebolla y chile, hice doce en total para cada uno de los que había en la casa, Evan se sentó en la mesa y comenzó a comer.

— vaya velkan, siempre tan lucida hija—

— ¿Oye velkan, quien era la chica que venía con Vanessa? —mi primo hablo.
— era muy bonita— sonrió.
— ¿tiene novio? — preguntó con una sonrisa traviesa.

— no lo sé — algo estaba molestándome, le hable sin mucha importancia.
— ¿por qué no le preguntas tú? — dije y le di una mordida a mi tostada.

— uy, que carácter, pero tienes razón, le preguntaré— sonrió mientras bajaba la mirada a su plato.
 —va en nuestra escuela, ¿No? —

levanté apenas la vista mirándolo con una ceja levantada, joder, había olvidado que mi primo se había mudado a nuestro cuarto de huéspedes por que vino a estudiar aquí, Iliana no, ella estudiaba en el extranjero, mis tíos los consentían demasiado, volví la vista a la mesa sin decir nada.

— no creo que le convengas a esa chica — papá entro en acción.

— ¡tío! ¿por qué no? — Evan miraba a papá.

— Es mucha niña para ti — bromeó papá.

— ¡pero si vamos a ir en el mismo grado! — gruño Evan.

— te vez viejo — escuche el redoble de tambores y los platillos, Tsss.

— soy un chico rico nada le va a faltar conmigo— se defendió.

— di eso cuando tengas dinero propio como velkan — papá tiro una gran pedrada.

— tío, velkan es una mujer — quería darme un golpe bajo, pero no le preste atención.

— más vergüenza te debería dar que una mujer trabaje, pague su escuela y tenga su propio dinero — me defendió papá.

Sonreí por lo bajo sin que Evan me viera mientras él le decía a papá los puntos buenos que tenía y papá le encontraba puntos malos, era algo divertido. Mi prima termino de bajar más tarde.
» otra vez ese rico olor a lavanda llego a mis narices, me recordó a aquella chica, Sonreí para luego escuchar a mi prima que se acercaba.

— ¿y mi comida? — preguntaba ella mientras yo lavaba los trastos.

— se lo di a Nina, se enfrió, pero ahí hay huevos, hay pollo o puedes hacerte unas quesadillas — le dije y llevé el último plato al escurridor, salí de la cocina y me dirigí al patio trasero donde papá terminaba una mecedora muy elegante.

— wow — susurré un poco aquello era algo tan hermoso, papá hacia cosas maravillosas, pude ver el marco de un cuadro igual terminado.

—¿Te gustan? — papá preguntaba y yo solo moví la cabeza de arriba abajo maravillado.

— de verdad que te quedan muy bien — sonríe mientras me acercaba a la silla y tocaba con sus dedos el grabado de madera que le había tallado.
Papá me miró con una sonrisa, se sentía muy orgulloso de lo que hacía y yo me sentía orgulloso de él. 
— revisaré la camioneta antes de irme — agregué, papá sabía de mecánica y me había enseñado muy bien y cuando él no podía revisar la camioneta por su exceso de trabajo, yo lo hacía.

Estuve un buen rato ahí, cambie algunas piezas he incluso le hice una afinación.

Cuando terminé de revisar la camioneta subí a bañarme, tenía algo de grasa y aceite en el brazo, pero tenía que alistarme para trabajar, ya casi eran las 6:30, jamás me gustaba llegar tarde, así que salí de la casa sin antes dejar la cena lista para papá y para mi cuando regresara, Iliana se ofreció a acompañarme, pero me negué, el trabajo era algo que me gustaba tener para mí solo, patinar era algo que me gustaba mucho, me recordaba a mi madre, los días de inviernos siempre me enseñaba a patinar en el lago una vez que se congelaba, me sentía libre, me gustaba sentir esa libertad.