38. Rencorosa.

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[Oigan hijos del mostaccioli, voten e interactuen que sino no me motivo a seguir subiendo weas. Gracias 🫶🏻]
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Y aquí iba yo, caminando con la Ceci detrás hacia la casa de la Paula. Realmente necesitaba aclararle cosas a esta otra, si se pone a inventar wear cuando se aburre.

Ahí es donde yo llego a la conclusión de que es muy careraja de su parte empezar a cahuinear de mí cuando me voy. O sea, por último no empieces cuando voy, hazlo antes. Y aparte que, ¿qué onda? ¿No hay más tema de conversación en su vida aparte de mi? Chucha que interesante su vida.

—Lucy, no.

Subiamos las escaleras. —Ceci, necesito hacer algo al respecto. Si no querías que hiciera esto no me hubieses dicho.

Toqué la puerta y esperé respuesta. La última vez que vine un sábado me abrió ella porque su mamá andaba en otro lado. —Ay, ya. Pero no hagas nada.

La miré seriamente. —Si quieres la defiendes. Te falta eso nomás... Oye que se demora.

Abrió la puerta ella. ¿Ven? —Hola... Hola, Lucy.

—Hola, ¿podemos hablar?

Se puso en el borde de la puerta. —¿Qué quieres hablar?

—¿Por donde empezamos, dices tú? —se rió y abrió la puerta.

—Pasen.

Entramos y aquí estaba yo, de vuelta. —¿Como tay? Supe que se cumplió el ciclo con el Feña.

Asintió cabizbaja. —Sí. ¿A eso viniste? ¿A preguntarme por Feñita?

Negué. —No, a algo mejor. ¿Por qué andai diciendo leseras de mí?

—¿Cómo qué? —miró a la Ceci— ¿Tú le contaste?

Miré a la Ceci. —Como si no fuese fácil enterarse estando en el mismo curso. Si imaginate que fue la Laura la que le contó a la Yanira.

—Oye, ¿pero por qué tanta gravedad?

—Pucha, porque me importa mi reputación po. No sé al resto, pero a mi sí, y no es muy bacán escuchar que inventan cahuines míos JUSTO cuando me voy. Te falta cara.

—Ay, ya, perdona. No te enojes tanto, que tu hijo va a salir igual de mañoso.

—Corta tu wea, Paula. Mira que yo le puedo contar a tu mamá la cantidad de cagas que te hai mandado. Tay resentida nomás, eso pasa.

Sonrió. —¿Resentida de qué? ¿De una cabra que se debe creer la raja por puro andar con weones grandes?

—Resentida de una weona que no se tiene que preocupar todos los meses de si queda o no queda preña' po. Y aún así si quedara, por lo menos sabría quién es el papá y no tendría que jugar a la ruleta pa echarle la carga a alguno.

La Ceci me tomó del brazo. —Ya, oye...

—No, déjala. —dijo la Paula— ¿Y esto por qué empieza? Por ti, Lucy. Si tu empezaste con el show del Feña. Tú le contaste a la Laura todo después de que te enojaste mas encima.

Me extraña que piense eso, si yo apenas hablaba de ella, menos con la Laura. Y sí, si me molesté un poco cuando me preguntaba por el Feña mientras le terminaba, pero igual no era tema. —Quizás me haya molestado lo del Feña, pero pasado pisado. Y, ¿yo? Yo no he hablado con la Laura. ¿Eso te dijeron? —asintió— Yo me enteré por ella...

Te dedico un solo... 🎸 Claudio NareaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora