3. No me imagino.

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Día siguiente.

Al final se quedaron a tomar once un rato y luego se fueron, así que después de ellos irse... yo me fui a acostar de nuevo.

Por alguna razón no dejaba de pensar en el rato que interactué con Claudio. Había sido bastante grato estar con él.

Me revolqué en la cama por alguna razón, como si hubiese sido un pensamiento profundo que tuve de hacerlo. Luego de eso, miré el techo, suspiré y me levanté de la cama.

Eran casi las ocho de la mañana, a penas. El efecto de lograr dormir después de la arriesgada elección de siesta.

Escuché a Miguel toser en su pieza, así que decidí ir a molestarlo. Toqué la puerta y la abrí. —Buenos días. —lo saludé.

—¿Por qué estás despierta tan temprano? —me preguntó, en vez de saludar.

—Debería preguntarte yo a ti, porque yo dormí siesta. No sé, dormí terrible... de verdad.

Sonrió. —¿Tienes algo que hacer?

—Hacer... ¿hoy? ¿Ahora? ¿Mañana?

Suspiró cansado. —Yo creo que hoy... Te iba a invitar a vernos tocar en un lugar, pero ya no por chistosa.

—Naaaah. —me quejé— Llévame. La Ceci ya no me quiere y si me dejas aquí la mamá me va a mandar a la feria.

Se rió de mi. —Estás en la edad en todo caso. Habla con la mamá y me avisas... Se supone que va la Sandra igual

Tendría que soportar a mas hombres que mujeres. No puede ser. —Oye... ¿solo tú tienes a la Sandra enganchada?

—Solo yo estoy enganchado con la Sandra, no sé si ellos estarán enganchados de ella igual. —suspiré malentendida. Hazte weon, Miguel, que pagan por eso— Supongo que no. Jorge es muy apático como para enganchar a alguien, y Claudio es muy pollo a veces. No sabría. ¿Por qué?

Me comenzó a mirar como insinuando algo. —¿Que mirai tan raro? No me digai que piensas que me llama la atención alguno. Solo quería saber... Por eso no hablo contigo.

Cerré la puerta. Estaba mas muerta de risa que enojada, la verdad. Siempre molesto así...

Entonces Claudio no estaba enganchado... ¿por pollo? ¿Como tan pollo?

Fui al baño, me lavé la cara y me vi en el espejo. No tenia el pelo tan horrible, así que agradezco a todos los santos por eso.

No sé si seré solo yo, pero luego de mirarme tanto en el espejo comienzo a alucinar y veo que me parezco a Miguel. Menos mal no es tan feo. Tampoco soy él con el pelo largo, igual soy harto diferente. Tengo el pelo con un poco de ondas, a veces rulos, y soy mas linda.

Salí del baño con la mirada baja y cuando la levanto veo a Miguel esperándome. —Miguel, no hagai eso.

—Hazme un favor. Por fa.

Lo miré con mi mejor cara, porque sé que después me aprovecho de él cuando me habla de lo que gano yo. —Ya. Habla luego sí, antes que se me quiten las ganas.

Me mostró un papel con una dirección y un casete que decía Kiss. —Anda dejárselo a Claudio. Ayer se supone que se lo iba a llevar y no pasó nada.

—Ya se me quitaron las ganas. Vamos tú solo.

Seguí mi camino a la pieza y me tiré a la cama, esperando que no llegue Miguel. No fue posible... —¿Por qué no?

—Tay mas loco. Ni cantando salgo ahora.

—Por fa, Lucy.

Me giré y vi su rostro con cara de preocupación. —Ya, oh, ya. Déjalo ahí... ¿y por qué no vas tú?

Te dedico un solo... 🎸 Claudio NareaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora