40. Ven, cumpleañero.

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12 de Julio, 1987.
Viña del mar, Chile.

—Sal de encima... Cuidado con mi rodilla. ¡Claudio Alejandro mi rodilla!

Mandaron al señorito a distraerse a Viña conmigo mientras allá le ordenaban los regalos para mañana. Y sí, esa era mi función: distraer. Nada más. El regalo de mi parte hacia él era otro después... Já.

Estábamos tirados en la arena bien lejos del agua, porque sino ya lo hubiese ahogado. No hay paciencia.

—Oye, oye, oye... —lo ignoré— Luuucy. Lucy, Lucy, Lucy. Yaa po, pescame.

Lo miré. —No ando con anzuelo, lo siento.

La verdadera razón por la que no lo pesco es porque dijo que se iba a cortar el pelo, y eso no lo apruebo... ¿De donde quiere que lo agarre después?

Suspiró y se levantó. —Me voy a devolver a Santiago.

Lo miré desde abajo en la arena. Igual se ve alto desde este ángulo. —¿Qué cosa?

—Me voy a Santiago de vuelta. Chao.

Comenzó a caminar sin mí, pero aún así después de dos años viniendo a verme se pierde, porque nos metemos en una playita por ahí, así que se desorienta. —Te voy a dejar para que no te pierdas. Después tu mamá no me perdona si se le pierde un hijo.

Me puse de pie y alcancé su paso. —Te importa más mi mamá que yo.

—Es que sí. Así después me presenta a alguien parecido a tí si no estás tú... —se giró a mirarme— ¿No te llegó el chiste?

—Cualquier cosa, mi hermano de tu edad igual te sirve. Y muy bien.

Me reí. Sigue sin superarlo, y dudo que lo haga, si siempre me voy a llevar menos con su hermano que con él. —Yaa, ven. Mañoso. —lo agarré del suéter y le di un beso.

—Tú no me amas. Sólo lo haces porque estás aburrida.

—Mentira. —di una pausa— Lo hago porque Miguel me dijo. —me reí— No, mentira. Ya, dame la mano.

Cedió y me dio la mano. Subimos de vuelta a la costanera y caminamos como toda una pareja enamorada con ganas de tirarnos al agua.

En dos años se podría decir que no han cambiado tanto las cosas. Los Prisioneros sacaron Pateando Piedras el año pasado, y ahora estaban en otra.

Yo ya estaba terminando el estudio. Me quedaba este semestre para terminar cuarto y ver si el puntaje me sirve para estudiar medicina. Me decidí por medicina. Quiero creer que voy a acabar siendo cirujana estrella y voy a vivir con todas las comodidades que se me ocurran...

—Yo cumplo veintidós mañana. Tú cumples diecisiete en tres meses más... ¿En qué momento?

—No sé. En el momento en el que te perdoné tus cagas para durar tanto.

—Oye, yo aguanté enterarme que tuviste otro mientras yo no estuve.

—¿Qué otro? Era un amigo. A-m-i-g-o. Cargante...

Se rió. —¿Yo soy el cargante? Si andas sembrando cizaña tú. Igual que Miguel.

No puedo decir nada al respecto. Mentira no es que Miguel era cizañero.

(...)

—No me mires así. Mañana viajo a verte yo y a dedicarme toooodo el día a ti. Si quieres.—dije antes de que se subiera al tren.

Se rió y me dio un beso. —Oye, cuidado a tu derecha.

Di un paso a la izquierda y le di espacio a otra chica que le pidió firmar un cassette. Muy bien.

Te dedico un solo... 🎸 Claudio NareaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora