XVI

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Hayate la miró con cansancio, pero fue el primero que se atrevió a romper el silencio– ¿Cómo estás niña?

Ella pensó cuidadosamente en qué decir. Podía ser sincera y contarles cómo probablemente tendría problemas para tener hijos en un futuro si es que lo hacía, que le faltaba un órgano y que estaba cansada. Pero prefirió sonreír.

–Bien, ¿Y tú? Me alegra verte con nosotros.

Los demás jōnin pasaban su mirada de uno a otro, sin saber muy bien cómo intervenir.

–Ah... gracias, supongo.

Kei ladeó la cabeza, viendo a los demás antes de suspirar– Pueden hacer preguntas, pero no les aseguro que vaya a responder todas.

Asuma la miró a los ojos desde su posición junto a ella– ¿Cómo fueron sus últimos momentos?

Ella miró el techo, pensativa– Satisfactorios, supongo. Sarutobi-sama luchó como nunca antes había visto a nadie hacerlo, y terminó su batalla en una victoria desde mi punto de vista. Además, se fue con una sonrisa.

El hombre la miró, escaneándola con cuidado para ver si estaba mintiendo. Luego de un momento volvió a hablar– ¿Una victoria?

Kei supuso que terminarían enterándose de una manera u otra, así que respondió con simpleza– Hokage-sama selló los brazos de Orochimaru. Ahora no puede ejecutar ningún jutsu, ni siquiera puede moverlos.

La sala quedó en silencio por un par de minutos, mientras todos digerían la nueva información. Ella miró por la ventana de nuevo, esperando a que salieran de su estado de sorpresa.

–¿Cómo sabías que Baki y Kabuto eran un traidores?

Hayate se veía exhausto. Ella se preguntaba si dejaría que lo revisara, si no lo hacía entonces le diría a Tsunade que lo hiciera cuando llegara.

–No puedo responder a esa pregunta– Sonrió. El hombre suspiró.

Los demás hicieron preguntas más simples, ¿Qué tan fuerte era Orochimaru? Bastante. Sin Hiruzen ella hubiera muerto en un momento. ¿Cómo fue su recuperación? Bien. No tuvo daño significativo. ¿Era cierto que Orochimaru había revivido a los primeros Hokage? Sí, pero fueron sellados de regreso antes de que pudiesen pelear de nuevo.

Luego de la ronda de preguntas y respuestas, Kei regresó a su hogar para pasar todo el tiempo que pudiese con sus padres. Guy-sensei llegó después con Sasuke en su espalda, y Kei se encontró con Naruto para despedirlo en su viaje con Jiraiya en búsqueda de Tsunade.

Ella visitaba a Kakashi-sensei casi diario, pero justo al momento en el que ni Gai-sensei ni ninguno de los demás jōnin estaban en la sala.

Curarlo era trabajo de Tsunade, y ella no sabía nada de cómo curar la mente luego de un genjutsu tan fuerte como el de Itachi. Hasta ahora, no había encontrado libros que hablaran de ello, pues todo lo que tenía que ver con los Uchiha estaba clasificado, y solo determinados ninjas de rango alto podían acceder a la información.

Sasuke estaba en la misma condición que Kakashi: inconsciente desde su encuentro con Itachi. También lo visitaba diariamente, más por nostalgia que por cualquier cosa.

Sus padres se veían más relajados que cuando salió del hospital por primera vez, pero ella no podía dejar de ver la tristeza que había permanecido en sus ojos desde que escucharon la noticia de su salud luego de ayudar a Hiruzen ese día.

Kei había estado diciéndoles que estaba bien, que no había sido una pérdida significativa para su vida a la larga, pero nada parecía funcionar. Un día estando sentada en la mesa con ambos, les dijo que pronto se iría en un viaje para mejorar sus habilidades como shinobi, que no se preocuparan por ella.

¿¡Reencarné en Naruto?! [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora