IX

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Todos quedaron en silencio luego de que Ibiki entrara, y ella trató de pasar desapercibida. Si sus sospechas eran ciertas, él era uno de los ANBU que habían estado en su interrogatorio.

No quería imaginarse qué le sucedería si terminaba siendo interrogada por él.

–Esta vez, varios miembros del clan Uchiha han aceptado ayudarnos como examinadores– Dijo con malicia– Así que será mejor que ni siquiera intenten hacer algo de lo que podrán arrepentirse.

Ella cubrió su sonrisa al ver como Naruto casi se desmayaba al darse cuenta de que la primera prueba sería un examen escrito.

–Descuida. Verás como todo saldrá bien– Le dijo, abrazándolo por los hombros.

Naruto estaba a nada de llorar– ¡Lo vamos a lograr!

Kei sonrió, viendo de reojo a Sasuke y Sakura. Ellos parecían confundidos, pero siempre lo estaban cuando se trataba de ella, así que le restó importancia.

Momentos después, ella estaba sentada casi al fondo del aula, con la pesada mirada de varios examinadores sobre su persona.

Las preguntas parecían ser las mimas del anime, así que eso la hizo estar tranquila. La cubierta que había estado manteniendo desde que llegó a este mundo estaba cayéndose a pedazos luego de su encuentro con Zabuza, así que no le vio sentido a seguir manteniéndola.

Respondió cada una de las preguntas con facilidad; todo trataba de lógica y matemáticas. Eran en su mayoría casos hipotéticos, por lo que no fue difícil llenar los recuadros en blanco con su letra.

Los examinadores ya habían sacado a varios, y ella no podía estar más maravillada de cómo todos los Uchiha presentes tenían su sharingan activado. Algunos de dos tomoes, otros de tres.

«¿Cuál será la fuerza militar verdadera del clan?» Pensó distraídamente, conectando su mirada con uno de ellos, apartándola solamente para ver directamente a Ibiki.

Sonrió desde su asiento, pronunciando una sola palabra con sus labios, sin usar su voz.

"Tokage"

Si el jōnin estaba descolocado, no lo demostró. Ella se quedó satisfecha sabiendo que lo había tomado por sorpresa.

...

Cuando caminaba de regreso a su hogar, esta vez no se topó con nadie. Pequeñas victorias. Al llegar, saludó a sus padres y les contó todo lo que había hecho en el día.

Luego de la darse un baño y cenar, empezó a sellar varias cosas en pergaminos. La primera vez que lo había intentado había sido un fiasco, pero después de leer varios libros de teoría sellar cosas simples no era muy diferente que hacer una tarea doméstica.

Al día siguiente, Sasuke era el encargado de llevar el pergamino.

Ella se mantenía al margen, con su cabeza trabajando en intentar encontrar una solución al problema que no tardaba en aparecer.

–Deja ya la actuación, ¡Sabemos que no eres Naruto!

La voz de Sakura la sacó de su ensoñación, viendo cómo el desconocido deshacía su transformación. Era un shinobi de la lluvia.

Luego de una pelea breve, Sasuke se encargó de él.

«¿Katon: Housenka?» Entrecerró los ojos, viendo las posiciones de manos de su compañero.

Cuando el shinobi escapó herido, Sasuke aterrizó junto a ellas. Miró con reproche a Kei.

–¡No debemos bajar la guardia!

¿¡Reencarné en Naruto?! [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora