¿¡Reencarné en Naruto?! [REESCRIBIENDO]

VII

La situación había escalado de la misma manera que en el anime, pues ella misma había intentado no causar interferencias hasta el final para que no hubiera movimientos inesperados.

Ella estaba embelezada viendo hacia donde Haku peleaba con sus compañeros de equipo. El chakra de Kurama se sentía... demasiado. Era ardiente, enojado. Podía sentir en su interior como lo que sea que le había dado Hagoromo revoloteaba, reconociendo a una de sus creaciones.

No podía saber con seguridad si así era como se sentía normalmente, o si ella lo sentía tan intensamente por la reacción de ambos poderes chocando en su interior.

Una sonrisa se posó en su rostro sin poder evitarlo, sintiendo como Naruto Uzumaki era una fuerza feroz, inhumana. Más allá de lo que cualquier shinobi jamás podría entender.

–¿Kei-chan?

Ella se cubrió la mitad inferior del rostro con su manga, intentando enfocar a Sakura, que la había estado llamando desde hacía unos momentos.

–¡Tienes que ir a ayudarlos!

Kei ladeó la cabeza, viendo de reojo a Tazuna, que habló luego de ver como lo miraba– No se preocupen por mi, deben ir a ayudar a sus compañeros.

–¿Por qué no vas tú? Es mejor que yo me quede con Tazuna, si él muere, nuestra misión habrá fallado.

Sakura se tomó el cabello, llorando– ¡Tu eres fuerte! ¡Tienes más posibilidades de ayudarlos a salir vivos!

–Tú lo eres también. Sakura-chan, debemos apegarnos a la misión.

–¡Siempre haces lo mismo, Kei! ¡Toda la academia te la pasaste escondida! ¿¡A qué le temes tanto!?

Su sonrisa había desaparecido, pero la adrenalina de sentir la fuerza del Kyuubi, no. Decidió ignorar los comentarios de Sakura por ahora, ya hablaría con ella cuando estuvieran de regreso en Konoha– ¿Por qué no los ayudas tú? Ambas tenemos la misma responsabilidad, y los mismos compañeros en juego.

La niña se mordió los labios, pensando– Yo...

Kei suspiró, tomando ambas manos de Sakura en las suyas– Sakura, debes aprender a ser fuerte. Todas las misiones serán así.– Con una de sus manos, limpió las lágrimas de su rostro, separándose de ella y caminando hacia el iglú de su enemigo.

Con un movimiento de manos, expulsó una bola de fuego de su boca– Katon: Gōkakyū no Jutsu.

Concentró la esfera en uno de los lados, logrando derretir el hielo parcialmente.

–¿Por fin vas a intervenir?

Ella ignoró la voz de Haku que sonó desde los espejos, y Kei pudo entrar, prestando atención a lo lento que estaban recuperándose.

–Naruto.

Su voz parecía no alcanzarlo, así que se acercó antes de que él pudiese atacar a Haku, y le tocó el hombro, con su chakra puesto suavemente en su mano para sacarlo del trance.

De un momento a otro, se encontraba en un lugar completamente diferente. Sus sandalias estaban tocando agua estancada, y frente a ella había una jaula de barrotes rojos, con unos ojos rojos que resaltaban en la oscuridad.

"¿Quién rayos eres?"

Ella exhaló el aire que estaba conteniendo, asombrada por lo enorme que era en persona.

"¿Kurama?" Preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

El zorro se estrelló contra los barrotes, pero ella no retrocedió, "Eres majestuoso" Susurró, sin poder apartar la mirada de su figura, que de a poco iba haciéndose más clara.