42. El Tío Enzo

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OLIVIA

—No, no por favor. ¡Esto no puede ser cierto! —grito de nuevo como una maldita desquiciada.

Estaba ante mi mayor miedo desde que tenía uso de razón (o al menos desde que fui consciente de lo que era capaz de hacer mi cuerpo como mujer). Tres positivos, tres signos de más que me condenaban.

Y no por la terrible idea de ser mamá (no quería serlo) sino porque no era el momento y era más que obvio quien era el padre de la criatura: era Kuku, yo no había estado con nadie más y justamente la última vez había sido hace muy poco en la fiesta. Habíamos concebido un bebé en un baño de una disco. Face palm.

No pude evitar ponerme a llorar como si no hubiera un mañana ahí encerrada en el pequeño baño de la pequeña habitación de un crucero, estaba asustada, se que a mí edad sería completamente normal ser madre pero no como estaban pasando las cosas, no con Kuku a punto de tener una hija con otra mujer, no con lo exigente que era mi hermano, no con lo desordenada que estaba mi vida.

Mi hermano, lo sabría de inmediato y se pondría muy mal, yo era su ojito derecho, no sabria como se iba a poner con la noticia.

—¡Olivia!

Justamente era Enzo quien entraba a mi habitación, no lo había visto desde la noche anterior después de que Kuku me había dado el regalo, después de vomitar trate de olvidar y pensar que podría ser un embarazo pero no pude pasarlo bien en la fiesta después de eso porque ya el susto estaba allí y mucho menos podría beber. Vine a mi habitación tan rápido como pude sin que nadie se diera cuenta.

Con apuro arroje las pruebas a la basura y trate de no verme tan demacrada pero era imposible, los ojos los tenía hinchados y rojos de tanto llorar.

—Oli, ¿dónde estás? —pregunto mi hermano en tono cantarin—. ¿Cómo te puedes perder en una habitación tan pequeña?

Suspire profundamente y al salir trate de que no me viera mucho a la cara.

—¡Ey! —dijo y me abrazo, aún tenía puesta la ropa de la noche anterior—. ¿Que hacías perdida? ¿Por qué te fuiste tan pronto de la fiesta?

Me acosté en la cama y me puse las mantas hasta el cuello, desgraciadamente el se acostó a mi lado.

—Estaba cansada —fue lo que le contesté.

—¿Bebiste mucho?

—No, fue el viaje, estaba muy agotada.

—¿Que tiene mi chiquita? —intento verme a la cara pero se lo impedi—. Olivia ¿paso algo? ¿Por eso te fuiste rápido de la fiesta?

¡Agh, odiaba que lo analizará todo porque siempre sabía, siempre lo averiguaba!

—No paso nada, quiero dormir —le dije.

—Si paso algo, lloraste y por eso no me quieres mostrar la cara —senti como jalaba las mantas, me sacudía y hacía de todo para moverme—. A ver, muéstrame, dime qué sucedió.

Logro moverme, obvio tenía más fuerza que yo y cuando vio mi cara, la suya se transformó en extrema preocupación.

—Oli, has llorado demasiado —me acaricio la mejilla—. ¿Que paso? ¿Fue Kuku? ¿Simón? Si fue Simón te juro que lo mato...

—No... —lo mire, mi hermanito, siempre comprensivo. Me incorpore sentandome en la cama y me entraron nuevas ganas de llorar, no sabía de dónde sacaba tanta agua y mocos. Suspire profundamente antes de decirle—. No tiene nada que ver con ellos, soy yo... Me sentí muy mal en la fiesta y... y pensé que —Dios, que difícil era decirle esto a un hombre—... No me ha bajado en dos semanas.

No puedo describir la cara de Enzo en ese momento, la niña de sus ojos estaba embarazada y a el parecía que se le había ido el aire en un segundo.

—¿Cómo? —fue lo que dijo.

—Estoy embarazada, Enzo.

—Pero... ¿cómo paso?

—¡En serio no quieres que te explique cómo funciona el sexo!

—¡No me refiero a eso! Me refiero a... ¿Es de Simón?

—No, Simón y yo nunca hemos estado juntos en ese sentido ni siquiera somos pareja de verdad... Es de Kuku, Enzo, es la única y la última persona con la que estuve...

—¿Cuando?

—El día del baño, te lo conté, ¿recuerdas?

Pareció caer en cuenta de la magnitud de la noticia, se dió cuenta lo grave que era tener un hijo de alguien que ya estaba formando su familia. ¿Que diría Ivy? Tendría todo el derecho de matarme si lo quisiera, no saben lo zorra que me sentía en ese momento. Pero lo peor de todo, fue lo siguiente que dijo mi hermano.

—¿Voy a ser tío?

Lo mire como si le hubiese salido un tercer ojo. Este hombre siempre me sorprendía y si me lo preguntan, es igual a mi padre. Note la ilusión en su mirada, los ojos le brillaron y no podía ocultar la sonrisa que tenía en los labios.

—Enzo... te acabo de decir que estoy embarazada, que el padre es seguro que sea un amigo tuyo que va a tener una hija con otra mujer, que mis padres me van a matar ¿Y tú solo estás pensando en que vas a ser tío?

—No sabes cuánta ilusión me hace, Olivia —sus ojos lagrimearon y no yo no lo podía creer.

—Enzo, estoy asustada —empece a llorar otra vez—. ¿Que voy a hacer? ¿Cómo le voy a decir a mi mamá? Mi papá me va a matar...

—Yo no voy a permitir que te digan nada. Olivia, tienes 29 años recién cumplidos, tienes el derecho de hacer una familia, de salir de casa...

—Si pero no con un hombre comprometido, no con Kuku...

—¿Le vas a decir? —negue rápidamente con la cabeza.

—No, no quiero decirle nada hasta que no me organice yo, esto lo puede alterar, seguramente no sabría que hacer y se pega un tiro en la cien.

—¿Pero estás completamente segura Olivia?

Me levanté de la cama y fui a por las tres pruebas que estaban en la basura, se las mostré y sus labios fueron sellados.

—Bueno... —dijo después de un rato—, podrías hacerte una de sangre para estar más seguros.

Suspire frustrada y accedí solo por él aunque ya sabíamos la respuesta. Fuimos a escondidas hasta la zona de enfermería y emergencias del crucero donde me hicieron la prueba y claro como el agua, en el papel decía "positivo". Enzo y yo nos quedamos viendo el papel por largo rato y luego el dijo:

—Va a tener un apellido muy raro...

Lo mire mal y cuando me disponía a ir a mi habitación, me tomo de la mano y empezó a decirme que tenía que comer para cuidar al nuevo Vogrincic de la familia, que tenía que empezar a cuidarme de ahora en adelante, nada llorar, nada de emociones fuertes.

—Solo tiene una o dos semanas a lo mucho, Enzo, deja el drama —le dije mientras tomábamos comida del buffet.

—Es que estoy muy emocionado. Pero Olivia, si Kuku no se hace cargo, te prometo ayudarte en todo, ¿de acuerdo? No estás sola en esto, mini Kuku tendrá toda la ayuda posible.

—Ay, no le digas así... —solto una risita y giramos hacia la mesa en dónde estaban todos los muchachos con resacas legendarias.

—¿Te lo imaginas? —me dijo Enzo al oido—. Estoy seguro de que será igual a él físicamente y tendrá tu personalidad... Va a ser un bebé muy inteligente.

Mire a Kuku quien reía en la mesa junto con Rocco y Pardella, no negaba que este bebé fuera a tener buenos genes pero no quería decirle nada, a su lado estaba Ivy quien había notado mi presencia y había bajado la cabeza.

Ghostin • Esteban Kukuriczka • LSDLN Cast [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora