AST - NUEVOS DIOSES

PRÓLOGO

La aparición de los subgéneros creó incertidumbre en la población humana, era algo solo visto en algunos especímenes animales, algo que no se esperaba, algo desconocido y que despreciaban.

× Año 2000: Aparición de los primeros especímenes de alfa y omega. Aquellos que presentaban las características propias de cada casta fueron aislados y estudiados, por no mencionar que, crueles e inhumanos experimentos se llevaron a cabo a puerta cerrada con el fin de recabar la mayor información posible.

× Año 2040: La clasificación de la nueva sociedad dejó a los alfas en la cima de la cadena, dándoles beneficios únicos. Independientemente del origen de este, su exito estaba garantizado. Los betas se convirtieron en la mano de obra. Y los omegas quedaron relegados al final de dicha cadena, como simples incubadoras y bonitos adornos.

× Año 2282: Las guerras de poder son el pan de cada día, sin embargo, los continuos nacimientos compensan las perdidas. Pero algo inusual está sucediendo, el número de omegas ha comenzado a disminuir. Los científicos sostienen que al ser el género más débil es normal que durante periodos de estrés, el nivel de nacimientos de esta casta disminuya, lo han visto antes y siempre se recuperan. A nadie le importa si desaparecen.

× Año 2450: 450 años después de la aparición de los subgéneros, la tasa de natalidad mundial solo alcanza un 10% anual siendo superada por creces por la tasa de mortalidad que es del 25%. Las alfas tienen solo 1% de probabilidades de concebir y solo el 0.3% de dichos embarazos llega a termino. Las betas tienen mejor suerte con un 5%, pero la tasa de éxito es solo de un 3%. El mundo ha entrado en pánico, tenían la esperanza de que los omegas compensarán esos números, pero en un siglo pasaron de ser el 30% de la población mundial a solo el 2% y aunque su tasa de fertilidad es del 100%, sus cuerpos con suerte solo resisten 2 partos, luego de ellos su útero se seca. Pareciera un mecanismo para evitar ser usados como incubadora como en siglos pasados porque incluso un segundo parto puede llegar a ser mortal tanto para el gestante como para el cachorro, en el 99.99% de los casos ambos pierden la vida.

Durante siglos, los omegas fueron despreciados por su capacidad de concebir y ahora, son venerados como dioses por la misma razón, pues cuando se descubre que está uno de estos ejemplares está en espera, el gobierno interviene para garantizar las mejores condiciones para el gestante, desde servicios médicos de primera hasta pensiones mensuales que cubran todos sus gastos.

Además, cada vez que nace un omega, este es inmediatamente agregado al registro mundial de omegas y con ello vienen un sinfín de beneficios para garantizar su comodidad y salud. Básicamente, les resuelven la vida.

Los omegas no están obligados a tener una sola pareja, a casarse o contraer matrimonio, mucho menos a enlazarse o llevar una marca. Son libres de elegir de quien darán a luz y si el padre debe o no estar a su lado luego de ello. Sin embargo, si el omega concibe un heredero, el alfa está en la obligación de correr con todos los gastos, caprichos y comodidades de la madre.

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20 de marzo del año 2450.

En el hospital nacional de Sendai por primera vez en 25 años ha nacido un omega. De piel ligeramente bronceada, inusual cabello rosa y orbes color avellana, el llanto de Yuji Itadori resuena en el hospital. Por los altavoces y con algarabía es anunciado aquel milagroso nacimiento, haciendo que aquellos en el interior sin importar su condición celebren este acontecimiento.

Los mejores médicos y enfermeras son asignados a Kaori Itadori, quien débil por su segundo parto celebra junto a su esposo, Jin, el nacimiento de su bello hijo omega. Ellos son de esas extrañas parejas que llaman destinos. No solo contrajeron matrimonio, sino que también se enlazaron.

Minutos más tarde, el pequeño ya está registrado en la base mundial y el gobierno envía seguridad privada para salvaguardar al cachorro.

Deben protegerlo a cualquier precio, ya que su vida vale más que el mismo oro.

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Al mismo tiempo, en otro lado de esa misma ciudad, en la cuna de una de las familias de alfas más prestigiosas y poderosas de Japón, el pequeño Satoru Gojo de 4 años, sintió algo alborotarse en su corazón. Parece ser que el lazo del destino ha comenzado a tejerse entre estos dos...

¿Podrán Satoru y Yuji encontrarse?

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En la noche subiré el primer capítulo. Esto será bien adhslfjalfjale 🫣