Capítulo 14

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⚠️Advertencia: El capítulo contiene escenas fuertes que pueden no ser del agrado de algunas personas, se tocan temas de autolesiones, abuso psicológico y problemas con la comida

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⚠️Advertencia: El capítulo contiene escenas fuertes que pueden no ser del agrado de algunas personas, se tocan temas de autolesiones, abuso psicológico y problemas con la comida.

(7 de Junio del 2015)

P.O.V Alex

Después de estar en el hospital, nos quedamos una semana más en la granja para que yo pudiera descansar y cuando estuve mejor volvimos a la torre. Los gemelos se quedaron en la granja y vienen para sus entrenamientos al menos 2 o 3 veces a la semana.

Nathaniel nació el día 27 de mayo y claramente lo fuimos a conocer. Es muy pequeñito y tierno, su nombre completo es Nathaniel Pietro Alexander Barton; Clint le puso nuestro nombres por salvarlo.

Bueno, el tema de la pelea con mi madre no es algo que me guste hablar o recordar. En teoría, no hemos arreglado las cosas porque no queremos hablar de eso, pero a la vez estamos bien, es como si todo se hubiera solucionado mágicamente.

Hoy Steve y yo fuimos a ver a Peggy al hogar. Ella cada vez está menos lúcida, aunque hoy fue un buen día y pudimos hablar con ella sin ningún problema. Estuvimos un par de horas ahí hasta que la enfermera nos sacó, ya que nuestra hora de visita se había acabado.

—¿Quieres ir a comer una hamburguesa?—me pregunta Steve.

—No, no tengo hambre.

—¿Segura?—asiento—. Bueeeno, aunque yo si tengo hambre, así que acompáñame a comprar algo—vuelvo a asentir.

Caminamos unos minutos hasta llegar al restaurante de hamburguesas al que siempre solemos ir cuando visitamos a Peggy. Nos sentamos y la mesera nos trajo la carta, yo la empiezo a leer, siento que se me hace agua la boca.

—Si quieres puedes pedir algo para comer.

—No, yo no quiero. Gracias igual.

Digo con toda mi fuerza de voluntad, ya que si quiero, pero sé que no debo. Si quiero convertirme en una vengadora necesito tener mi cuerpo libre de grasa, delgado y en forma. Luego de unos minutos le trajeron a Steve su comida.

—Necesito hablar contigo, Alex.

—¿Qué sucede?—le pregunto un poco alarmada.

—No es algo malo, eso creo, pero no te preocupes...—dice una poco nervioso.

—Ammm... bueno, ¿de qué quieres hablar?—le digo extrañada.

—Ammm...esto yo...—se rasca la nuca.

—Sé que me dijiste que no me asustara, pero tu actitud me asusta—él se ríe.

—Lo siento, es que estoy algo nervioso.

—¿Por qué?

—No lo sé—sube los hombros—. Es que creo que hablarlo contigo, lo hace más real...

Alexandra Romanoff |Libro III|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora