Capítulo 29

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(7 de Julio del 2016)

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(7 de Julio del 2016)

P.O.V Alex

Un par de días llevábamos en la casa de mi infancia y la verdad me ha encantado. Los recuerdos no dejaban de venir a mi cabeza, y también encontré muchos escondites dentro de la casa llenos de más recuerdos. Otra de las cosas que hicimos fue salir a recorrer nuestros alrededores; hay muchos lugares bonitos para visitar. Pero, por más que me encante estar aquí, ya se está haciendo un poco aburrido y monótono.

—¿Qué tanto piensas, mi pequeña? —se coloca a mi lado en la ventana.

—Yooo... es que...

—Alex, sabes que puedes decirme lo que quieras.

—Es que ya me aburrí.

—¿Terminaste el libro?

—No es ese tipo de aburrimiento.

—¿Entonces?

—Me aburrí de estar encerrada aquí.

—Pero salimos casi todos los días al pueblo —yo solo suspiré frustrada—. ¿Y qué es lo que quieres hacer?

—Salir de aquí, salir de Rusia, viajar y volver a encontrarme con Steve, o no sé, pero me siento encarcelada en esta casa.

—No podemos hacer eso.

—¿Desde cuándo te da miedo? Antes entrabas y salías de los países con identificaciones falsas.

—Primero, para esas misiones no era buscada por los más grandes mandatarios, y segundo, estaba sola. Si ahora algo llegara a salir mal, te estaría poniendo en peligro a ti.

—Ok —le digo frustrada—. ¿Ya hablaste con Mason?

—Hoy en la noche intentaré comunicarme con él —asiento y camino hasta el mesón de la cocina.

—Podrías darle —escribo unos números en un papel y se lo entrego— estas coordenadas.

—¿De dónde son?

—Tú solo dáselas.

Le di la espalda y empecé a caminar a mi habitación, donde me tiré en la cama mirando el techo. La verdad es que ya estoy cansada de esto, me siento inútil y necesito ayudar a los que están en la cárcel, pero desde aquí no puedo hacer nada; Shuri tiene toda la información que recolecté. Espero que haya podido hacer algo con ello.

—¿Tienes hambre? —me pregunta Mamá desde el marco de la puerta.

—La verdad es que no —me giro en la cama y le doy la espalda.

—Alex... —se sienta detrás de mí—. Cariño, ¿por qué estás molesta?

—No importa.

—Alexandra, no digas eso. Claro que importa la razón de por qué estás enojada.

Alexandra Romanoff |Libro III|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora