(7 de Mayo del 2015)
P.O.V Alex
Ya estamos en el quinjet camino a la granja. Mamá se quedó en la base porque había algunos problemas que tenía que solucionar, como seguir buscando el paradero de Banner. En el quinjet vamos Clint, Pietro, Wanda y yo. Ella se veía muy nerviosa así que me acerqué a hablarle.
-Hey, ¿todo bien?
-Sí, sí...-contesta muy nerviosa.
-¿Segura? Es que te escucho nerviosa. ¿Qué pasa?
-Es que yo le dije a Clint que no era necesario que nos trajera, no quiero incomodar.
-Eso no va a pasar, estoy segura de que mi tía Laura los va a amar.
-¿Cómo estás tan segura?
-Solo lo sé, también estoy segura de que a Lila le va a gustar tener otra chica en casa. No está nada feliz por tener otro hermano.
Nos quedamos hablando un rato más. Yo le contaba cosas de Laura, Cooper y Lila, ella también me hacía algunas preguntas. Cada vez la veía un poco más convencida de que ir a la casa de Clint era una buena idea y que no iba a ser una molestia. Pietro, por otro lado, no está preocupado al respecto, se ve bastante relajado.
Cuando aterrizamos y empezamos a caminar hacia la casa noté como Wanda se empezó a poner nerviosa, así que me acerqué a ella para hablarle y distraerla. Laura fue la primera en salir de la casa, saludó a Clint y este le presentó a los gemelos. Ella los saludó animadamente. Luego se acercó a mí y me dio un abrazo.
-¿Cómo estás?
-Bien...
-¿Segura? ¿No te duele nada?
-Nop, estoy bien...
-Tú y yo tenemos que hablar.
-¿Qué hice ahora?
-Sabes perfectamente qué hiciste, señorita.
-Pero no hice nada.
-Ese nada se traduce en todas las indicaciones y restricciones que dejó tu madre, junto con la estadía de una semana en el hospital.
-Amm...yo-yo...-intento decir algo, pero me interrumpe.
-Gracias.
-¿Por qué?
-Clint y Nat me contaron lo que hiciste tú y Pietro, si ustedes no hubieran hecho un escudo Clint no estaría aquí.
-Yo no sé qué decir.
-No tienes que decir nada, pequeña. Solo quiero que sepas que admiro mucho tu valentía.
-Ya no soy pequeña-ella ríe.
-Claro que lo sé, aún me acuerdo cuando llegaste y todo te asustaba. Eras muy pequeñita y para mí siempre vas a ser mi pequeña-me abraza con fuerza, pero no tan fuerte como para que mis costillas me duelan-. Ahora, vamos adentro que hay que organizar las habitaciones. Con tantos niños no sé cómo vamos a caber.
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Alexandra Romanoff |Libro III|
Hayran KurguLos vengadores son el nuevo presente de Alexandra Romanoff. La adolescente de ya casi 15 años tiene la mente fija en que debe ser parte del equipo y considera desde que obtuvo sus poderes que puede ser una gran adición, pero su madre está completame...