Los vengadores son el nuevo presente de Alexandra Romanoff. La adolescente de ya casi 15 años tiene la mente fija en que debe ser parte del equipo y considera desde que obtuvo sus poderes que puede ser una gran adición, pero su madre está completame...
⚠️Advertencia: Este capítulo contiene escenas sexualmente explicitas. Si no les gustan se las pueden saltar. Voy a poner una advertencia cuando vaya a iniciar y cuando termine para los que no quieran leer la escena.
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(15 de Mayo del 2015)
*Un par de horas antes de la llamada *
P.O.V Autora
Nat llevaba varios días concentrada en encontrar la ubicación de Banner; literalmente no se dedicaba a nada más que a eso , solo se despegaba de su búsqueda cuando tenía que ir a las reuniones sobre los temas legales que involucran a los Vengadores.
La vengadora en este momento se encontraba en su departamento metida en su computador. Había encontrado un pequeño hilo que tirar para encontrar a Banner, pero esta pequeña esperanza que llegó con gran rapidez, se desvaneció a la misma velocidad.
—¡Esto tiene que ser una puta broma!
—Ey, ey, tranquila. ¿Qué pasó?—pregunta Steve entrando al departamento.
—Lo de siempre. Cada vez que encuentro algo se desvanece al mismo instante—con frustración lleva sus manos a la cara. Steve se acerca y baja la pantalla del computador.
—¿No crees que ya es momento de dejarlo?
—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!
—No sé, si Banner quisiera ser encontrado o necesitara ayuda ya nos habría mandado una señal.
—Pero no podemos dejarlo así, es uno de los nuestros...
—Natasha, estás creando una obsesión insana hacia esto.
—No es cierto.
—Claro que sí, pasas todo el día metida en los computadores buscando pistas.
—Pero yo...—intenta rebatir, pero el capitán no la deja.
—Nat, basta, sí Banner quisiera ser encontrado ya lo habríamos encontrado.
—A veces siento que me estoy metiendo en un pozo sin fondo. Ya no tengo ningún hilo que tirar.
—¿Ves? Yo creo que es momento de dejarlo, te está consumiendo.
—¿Y si necesitara ayuda en un futuro?
—Bueno, nunca le vamos a cerrar las puertas. Si necesita ayuda, no dudaremos en ayudarlo—eso dejó a Nat un poco más tranquila—. ¿Has comido algo? Sigues en pijama.
—No—dice un poco avergonzada.
—¿No has tomado desayuno?—pregunta un poco exaltado y a modo de reprimenda.
—Lo siento, es que yo...
—No más excusas. Ahora ve a bañarte y yo voy a preparar algo para comer.
