Capítulo 14

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Tacto

—¿Hay algo que más desees? —cuestionó Aina dejando sobre la mesita junto a Silje una bandeja con una taza de leche caliente y panes de mantequilla.

—Estoy bien, gracias Aina —dijo la joven embarazada tomando la taza de leche.

Durante esta semana tanto Aina como Kaira habían estado muy al pendiente de lo que la chica embarazada comía, o más bien, de lo que quería comer. Tenían órdenes muy claras de Señor Clemens respecto a eso, les había indicado que, si había algo de lo que Silje tuviera antojo, hicieran lo posible por conseguirlo. Les causó sorpresa esa orden, que él hombre quisiera cumplir esos caprichos de su esposa/esclava embarazada.

Aunque al final lo atribuyeron a que sólo quería que la chica estuviera lo más cómoda posible en este último trimestre del embarazo.

Silje no tenía una gran variedad en cuanto a sabores que había degustado en su vida, así que, si de algún antojo se trataba, mayormente era pan, mermelada, miel, leche, mantequilla o arándanos.

Habían pasado apenas dos semanas desde la boda, Silje podía decir que estaba acostumbrándose a la compañía de Clemens, después de todo, no había necesidad de interactuar con él.

Los mayores cambios que la chica experimentó en su rutina después de la boda fueron el tener que tomar sus comidas junto a Clemens y tener que compartir el lecho con él. Pero el hombre no solía dirigirle la palabra, apenas y la miraba, era como si ella fuese un objeto más en esa casa, sólo se encontraban durante el día a la hora de las comidas, y por las noches, para dormir.

Para fortuna de la joven, él no se acercaba a ella en las noches, permanecía en el otro extremo de la cama dándole la espalda. Después estaban esos días en los que él salía desde muy temprano, y ella tomaba todas sus comidas sola, eran días realmente tranquilos para ella, en esas ocasiones, a veces llegaba y se metía al otro lado de la cama en algún momento de la noche. En otras raras ocasiones había llegado a casa al amanecer.

Fuera del tiempo que tenía que pasar al lado de Clemens, Silje descubrió que podía seguir sentándose en su querido balcón en aquella habitación a mirar su jardín favorito. Ragna le había dicho que ahora podía pasar el tiempo en el salón principal o en la sala privada en la que la Señora Moa solía estar. Sin embargo, ante el comentario que ella había hecho sobre preferir pasar el tiempo en su anterior habitación, la mujer le dijo que podía pasar el tiempo ahí si eso quería.

Así que aún después de dejar de ser la sustituta, para convertirse en la esposa, continuaba pasando el tiempo ahí con Aina, Kaira y Ragna. También seguía saliendo a visitar el jardín, le había indicado Ragna que podía conocer todas las partes del jardín a lo largo de la mansión, por supuesto aceptó, pero a pesar de lo grandes, hermosos y cuidados que éstos estaban, llenos de hermosas flores, frondosos arboles grandes estanques y hermosas fuentes, ninguno le parecía tener ese singular encanto que su pequeño jardín trasero tenía. Fue una sola vez a conocer los jardines, durante la primera semana posterior a su unión con Clemens, y después sólo siguió visitando su jardín.

Este día, había optado por quedarse en su habitación, el clima del otoño enfriaba bastante por las mañanas, así que prefería quedarse a descansar dentro tomando algo caliente mientras leía con las mujeres, este día, también Ragna las acompañaba.

—Debería continuar, Silje —habló la mujer, interrumpiendo a Kaira antes de que comenzara con el siguiente párrafo.

Sin problema la joven embarazada dejó a un lado su taza de leche y tomó el libro, para comenzar a leer. A veces se eso sorprendía a sí misma por lo mucho que había mejorado en estos meses, tener las palabras frente a sí y saber perfectamente su significado y el cómo debía pronunciarlas, era fascinante.

SiljeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora