Capítulo 15

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Dolor bajo un frío invierno

Los días siguieron su curso, se convirtieron en semanas y después en meses, finalmente las hojas rojizas de los árboles dejaron de caer y los alrededores de la casa se cubrieron de una fría capa blanca. Para cuando el invierno llegó, Silje ya no era capaz de ver sus propios pies. Su vientre estaba muy crecido y la actividad dentro del mismo era constante, a veces eran frustrantes y dolían los bruscos movimientos que no le permitían dormir bien, simplemente era incómodo.

Para el noveno mes pasaba demasiado tiempo encerrada, deseaba ir al jardín, aunque estuviese cubierto de nieve, pero tanto Kaira y Aina como Ragna se lo negaban mucho, desde que el invierno había comenzado, le sugerían mucho quedarse dentro y observar el jardín desde su balcón, sólo en dos ocasiones Ragna había accedido a dejarla salir, pero siempre muy abrigada y por poco tiempo.

Durante estos meses había seguido practicando con ayuda de Ragna y Kaira el cómo comportarse, ya no sólo sus modales en la mesa, sino el cómo actuar en público. Nunca había sido presentada a nadie con quien tuviera que comportarse de la manera en que le enseñaban, pero según ellas, Clemens en algún momento tendría que dejar dejar de ocultar a su nueva esposa y para entonces ella tendría que estar preparada y saber cómo actuar. Por esto, el Señor le había ordenado a Ragna instruirla en todo lo que pudiese respecto a eso.

—Silje, otra vez tus codos están sobre la mesa —le reprendió Kaira, a lo que la joven inmediatamente los retrajo sacándolos de ésta.

—Hubiera preferido almorzar en la habitación —comentó la embarazada.

—Ya que el Señor Clemens no está en casa, es una buena oportunidad para supervisar la manera en la que te comportas en el comedor —explicó Ragna nuevamente.

—Lo entiendo, pero creo que ya sé lo suficiente —replicó Silje, realmente no estaba segura de poder comportarse en algo como un evento formal, con muchas personas en la mesa, pero creía tener lo suficientemente para pasar desapercibida, aunque siguiera cometiendo pequeños errores.

—A veces te equivocas de tenedores y cuchillos, subes los codos a la mesa o dejas tu servilleta sobre ésta —señaló Kaira.

—Me es un poco difícil mantenerla sobre mi regazo —se excusó la joven mirando hacia su vientre, estando sentada éste cubría parte su regazo.

Ragna suspiró resignada, Silje aprendía realmente rápido, en lo que debía enfocarse realmente era en aprender al menos lo básico de etiqueta; lo más fundamental era que supiese comportarse en la mesa.

En cuanto a lo demás no era tan complicado, no era muy probable que algún socio o amigo de Clemens quisiera entablar una conversación con ella, sin embargo, en caso de que alguien preguntara acerca de cómo se habían relacionado, sólo debía fingir discreción y no responder ello, si preguntaran sobre su boda, algo muy cercano a la verdad, se habían unido en una pequeña ceremonia en un templo en un poblado cercano.

Si alguien preguntaba por su familia y su origen guardar discreción al respecto, si preguntaban sobre su apresurada boda guardar discreción, si preguntaban sobre su hijo, guardar discreción. Sobre este último por supuesto que se hablaría, ni Silje ni Clemens tenían que decir nada sobre el nacimiento de su hijo o sobre su relación antes de contraer matrimonio para que la gente supiera, o creyera saber, de qué se trataba dicha relación. Era claro que la gente creería que se casó con su amante embarazada. No había mucho que hacer al respecto.

Evidentemente el bebé habría sido concebido antes de la muerte Moa, eso significaría que Silje no era más que una amante con mucha suerte. Era una mujer de dudoso origen, prácticamente salida de la nada, así que probablemente creyeran que era una prostituta de algún burdel de la ciudad.

SiljeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora